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Preocupación y espera entre las empresas asturianas en México por la crisis con EE UU

Grupos de la región con filiales y fábricas en el país azteca llaman al "diálogo inteligente" entre ambos países y confían en el entendimiento

Luis Deza. MIKI LÓPEZ

Las empresas asturianas con intereses y actividad en México, bien con delegaciones, oficinas o plantas productivas, asisten con inquietud, y en algún caso con mucha preocupación, a las vicisitudes por las que están atravesando las relaciones comerciales y políticas entre el país azteca y EE UU (el principal mercado de exportación mexicana) y la tensión diplomática de las últimas horas, con la suspensión de la cumbre convocada por ambos gobiernos.

Varios empresarios asturianos con compañías en el país a los que se consultó hicieron un llamamiento al "necesario entendimiento inteligente" entre ambos países y otros llamaron a la calma y a la espera, en la confianza de que la situación se reconduzca.

Además de la compañías asturianas implantadas en México, otras empresas de la región exportadoras al país hispanoamericano y a EE UU están también en vilo tanto por los planes arancelarios de Donald Trump en EE UU como por el impacto que sus políticas proteccionistas tengan en la economía mexicana y en su futura capacidad de importación.

Reny Picot. Francisco Rodríguez, presidente de Industrias Lácteas Asturianas (Reny Picot), con factorías en México y EE UU, expresó su "gran preocupación". "A nosotros nos afecta doblemente porque nuestras empresas en ambos países comercian entre ellas dentro del Tratado de Libre Comercio. Si se rompe este acuerdo comercial entre EE UU, Canadá y México, tendremos que buscar otra alternativa". "Estamos en una situación de espera dentro de la inquietud", indicó. Rodríguez confía en que "este contencioso se resuelva de forma amistosa". A su juicio, ambas partes tienen sus razones y "deben negociar con inteligencia y buena voluntad: son economías complementarias y se necesitan". A su juicio, todo esto evidencia el "camelo de la globalización" al que este empresario se ha referido con frecuencia: "La libre competencia sin condiciones homogéneas es un juego de ventajismos, y aquí el ventajista no es México sino las empresas de EE UU que se van a México para fabricar con un coste laboral que es un tercio del de EE UU". "Algo me dice, no obstante, que al final esto puede redundar en mejoras para México", concluyó.

Duro Felguera. "Hay que esperar y ver. Aunque estos primeros días han estado llenos de emociones, la dimensión de la relación comercial es de tal magnitud que no hacer cambios bruscos es clave para apoyar el crecimiento económico de EE UU", dijo Luis Deza, director corporativo de Estrategia y Desarrollo de Negocio de Duro Felguera, con una filial en EE UU y tres en México. Para Duro, explicó, "una eventual ralentización de la actividad en México podría suponer mayor actividad y oportunidades en EE UU, país que también consideramos estratégico". "En cualquier caso", precisó, "México es un país importante para España y para Duro Felguera". A su vez, "un eventual distanciamiento comercial entre México y EE UU abriría mayores oportunidades para las empresas españolas" en el país azteca. "Tendremos que seguir analizando las oportunidades para nuestra empresa, que podrían cambiar en caso de distanciamiento entre ambos países. Por ejemplo, una gran parte del crudo mexicano se exporta hoy a EE UU. Si esta exportación se tuviese que dirigir a otros países, esto podría generar necesidades de nueva infraestructura portuaria y de almacenamiento, sectores en los que somos líderes".

Resnova. Este grupo familiar asturiano, que en México fabrica ladrillos especializados, sigue también con atención los acontecimientos. Su artífice, Alfredo Martínez Cuervo, con 47 años de experiencia empresarial en México, EE UU y España, considera "preocupante" la situación que afronta México, aunque no teme por el impacto en sus factorías en el país, volcadas en el mercado interno. "Miedo no tengo", dijo desde su experiencia de haber superado otras crisis del país y profundas depreciaciones del peso mexicano. "México tendría que girar su orientación internacional, pero no creo que sea fácil que Trump se enfrente a la vez con Latinoamérica, China, UE y otras áreas. A EE UU, con muchas multinacionales, no le conviene ¿A dónde exportaría? Pero no tenemos datos. Esto está empezando y es imprevisible. Confío en que se arregle".

Otro empresario industrial asturiano con negocios en México y que prefirió no ser citado señaló que esta situación dañará a los dos países: "A EE UU le puede salir bien la protección pero tendrá que afrontar un alza inflacionaria si frena importaciones y aplica aranceles, por lo que se le acabará volviendo en contra. México es un país emergente, con mercado en crecimiento y tiene posibilidades de proyectarse hacia Latinoamérica".

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