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MANUEL FERNÁNDEZ BAGÜES | Profesor de Economía de la Universidad de Helsinki

"Sorprende que el problema demográfico no esté en el centro del debate regional"

"Lo importante no es que el talento se vaya, sino ser atractivo para que venga"

Manuel Fernández. JULIAN RUS

El ovetense Manuel Fernández Bagües es profesor asociado del departamento de Economía de la Universidad Aalto de Helsinki, en Finlandia. A sus 43 años aún no se ha cortado la coleta del inconformismo y habla castellano con un poco de acento extranjero que condimenta con palabras en asturiano. Pese a vivir a casi 4.000 kilómetros de su tierra sigue inmerso en los debates sobre la economía española como colaborador habitual del blog "Nada es gratis", creado bajo el auspicio de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA), y ve con preocupación la crisis demográfica de Asturias, que analiza desde un país nórdico que abordó hace tiempo el mismo problema.

-De Oviedo a Finlandia. ¿Cómo ha sido el camino?

-Estudié Economía en la Universidad de Oviedo y después hice el doctorado en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona. Luego estuve en la Universidad Carlos III de Madrid como profesor, aunque más dedicado a la investigación que a dar clases. Y desde hace tres años estoy en Finlandia, en Helsinki.

-¿Cómo surgió esa oportunidad?

-En el mercado global hay muchas oportunidades. Cuando fuimos a Helsinki, mi mujer y yo teníamos ofertas de Estados Unidos, de Inglaterra, de diferentes sitios? Incluso podríamos habernos quedado en Madrid si hubiéramos querido. En Estados Unidos, la Asociación Americana de Economía organiza una reunión anual, que se suele celebrar en enero, donde van miles de doctores en Economía que buscan la posibilidad de encontrar o de cambiar de trabajo y donde también van cientos de representantes de universidades de todo el mundo. Allí se articulan los movimientos. En este tipo de mercado laboral, que en la jerga denominamos "job market", se celebran entrevistas y si hay interés las universidades invitan a los candidatos a pasar un día en su campus y si el interés va más allá les presentan una oferta económica. Entre las diferentes ofertas, el doctor elige.

-Y usted se quedó con la oferta de Helsinki. ¿Por qué?

-En mi caso pesaron mucho los motivos familiares. Mi mujer es de San Petersburgo, que está a tres horas de Helsinki. Esa fue una de las motivaciones. Además los dos queríamos cambiar de universidad.

-¿Un buen destino para su especialización?

-Si. Dentro de la economía aplicada, estoy especializado en economía laboral y de la educación, aunque también hago trabajos de economía política, sobre comportamiento electoral.

-En Asturias se habla mucho de la fuga de jóvenes y de talentos. ¿Es un tema preocupante?

-Que la gente se vaya es imprescindible. Lo importante es que Asturias sea atractiva para que también atraiga a gente de fuera y para que vuelvan los que se han ido. En el ámbito académico no salir de Asturias te limita mucho. En la Universidad de Oviedo, profesores que tuve como Antonio Álvarez Pinilla, nos animaban a salir fuera a hacer el doctorado, a completar una buena carrera. Lo que quieres es estar cerca del talento, en entornos que sean motivadores y estimulantes.

-¿Y en Asturias no se consigue?

-Bueno? En algunas disciplinas Asturias si es atractiva.

-¿Se siente más valorado fuera de Asturias?

-¿En qué sentido?

-Por ejemplo con respecto a la cultura del esfuerzo.

-En el ámbito universitario español, en general, hay un problema y es que las universidades tienen una gobernanza muy complicada. Funcionan como cooperativas en las que los profesores eligen al rector. Las decisiones de la universidad responden a los intereses de los profesores. Dentro de esta gobernanza es muy complicado que respondan a los intereses de la sociedad. Yo, afortunadamente, siempre he trabajado en universidades que tienen una gobernanza que favorece más la rendición de cuentas a la sociedad y la meritocracia.

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