El ovetense Pablo López pasó de trabajar como topógrafo en la abundante obra pública anterior a la crisis a emprender junto a sus socios en Betterplace, una "start-up" tecnológica que desarrolla aplicaciones que ofrecen información valiosa a otras compañías (bancos, inmobiliarias...) para conocer los mercados y localizar sus negocios. "Hay que arriesgar, con cabeza y con los pies en el suelo, pero arriesgar", dice el joven, hijo de un minero y de una enfermera que, reconoce Pablo López, "al principio no entendían que quisiera dedicarme a poner una empresa". "Hay un factor cultural que frena el emprendimiento en Asturias", opina. Y subraya la importancia del "pacto social" entre los accionistas para que el negocios sea viable.