Las ópticas se enfrentan a una delicada situación sobrevenida que amenaza con esquilmar gravemente su balance de cuentas y, tal vez, repercutir en el bolsillo de los clientes.

Una resolución vinculante de la Dirección General de Tributos, encuadrada en el Ministerio de Hacienda, quiere obligar a todos los establecimientos ópticos de España a que paguen una gran cantidad de dinero al aplicar de forma retroactiva el nuevo tipo de IVA con el que el Gobierno ha pasado a gravar las gafas de vista.

Hasta 2014, cristal y gafa tributaban a un tipo reducido del 10%. En cambio, desde el pasado 1 de enero, la lente sigue tributando al 10% pero la montura para gafa graduada ya está gravada con el 21% de impuestos, y los clientes lo están pagando. Pero la nueva interpretación que Hacienda ha dado a la ley entiende que se ha estado pagando durante dos años a un tipo incorrecto para estos productos (el chasis de las lentes), y obliga a las ópticas a abonar la diferencia (es decir, el 11% de toda su facturación en importación de monturas) durante los ejercicios de 2015 y 2016.

De momento, Hacienda no se ha dirigido a ninguna óptica, pero sí que ha comunicado el nuevo criterio a los proveedores de monturas, que están comunicando el problema a las ópticas. Ellas son las que deberán soportar esa diferencia de IVA correspondiente a los ejercicios 2015 y 2016 por todas las monturas para gafas graduadas que hayan vendido.

Sin ningún cálculo todavía realizado, ese 11% de cada montura vendida que han de devolver a Hacienda puede suponer desde 10.000 euros hasta 100.000 euros según el tamaño de la tienda.