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Movimientos en la industria siderúrgica europea

Arcelor contra Jindal: la batalla de Tarento

La multinacional eleva su apuesta por la gran planta italiana de Ilva con una oferta para producir 8 millones de toneladas de acero, el 60% más que en Asturias

Naveen Jindal. REUTERS

Arcelor-Mittal, de regreso a los beneficios en 2016 (1.669 millones de euros) y con una fulgurante recuperación en Bolsa (la acción se revalorizó el 158% en un año), libra ahora en Italia una de las grandes batallas de su estrategia en Europa: la pugna con el grupo indio Jindal Steel por la anexión del complejo siderúrgico de Tarento, al sur del país, en su día la mayor planta acerera del continente. Camino del desenlace de ese pulso, Arcelor ha elevado su oferta industrial y está protagonizando un choque de declaraciones con su oponente. Para la compañía de Lakhsmi Mittal, también con orígenes en la India, está en juego reforzar su hegemonía en el acero europeo y cortar la entrada por la puerta grande de un nuevo competidor.

La batalla de Tarento alcanzará un hito relevante el 3 de marzo, cuando finalizará el plazo de presentación de las ofertas que formularán los dos contendientes: de una parte, Arcelor (mayor productor mundial de acero con 97 toneladas en 2016 y más de 200.000 trabajadores, 80.000 de ellos en Europa) en alianza con la italiana Marcegaglia; de otra, Jindal Steel (con 18 millones de toneladas de capacidad productiva muy concentrada en la India y sin presencia industrial en Europa), que lidera un consorcio participado también por la transalpina Arvedi.

La instalación por la que compiten ambos conglomerados es la planta de Ilva, en la ciudad de Tarento (extremo sur de Italia). Se la puede considerar la joya del acero italiano y, al mismo tiempo, el foco de un colosal problema ambiental que en 2012 obligó al Gobierno a intervenir la factoría (hasta entonces propiedad de la familia Riva), mientras jueces y fiscales investigaban si los vertidos tóxicos eran los causantes de miles de muertes entre los ciudadanos de la zona, donde la población vive muy cerca de las fábricas. Con ocho hornos altos (la mayoría parados ahora), 11.000 trabajadores y capacidad para producir 10 millones de toneladas de acero (el doble que las plantas asturianas), Tarento es la mayor complejo siderúrgico de Europa y también un problema industrial y social de primera magnitud para Italia.

Así que la batalla tiene dos frentes: el de los niveles de actividad y de empleo que ofrecen Arcelor y Jindal y el de las garantías ecológicas. La decisión será de las autoridades italianas, que está adelantando inversiones para corregir el impacto ambiental que luego deberá asumir el adjudicatario.

Geer Van Poelvoorde, primer ejecutivo de Arcelor en Europa, acaba de anunciar que la compañía hará una oferta industrial reforzada: si en un principio habló de producir 6 millones de toneladas en Tarento usando tres de los hornos, ahora eleva la apuesta a 8 millones, sumando dos millones de acero semi-acabado procedente de otras plantas europeas que se transformaría en las italianas (Tarento o otras dos de laminación que forman parte del paquete que se subasta). En total, el compromiso de actividad supera en más del 60% la producción prevista en Asturias para este año (4,8 millones de toneladas).

Arcelor, que exporta a Italia desde otros países y no tiene producción primaria en Italia, aspira a hacerse con Tarento para servir sobre todo a la potente industria automovilística transalpina y reforzar su liderazgo europeo en ese segmento del mercado, de alto valor añadido. Van Poelvoorde ha dicho también que el tamaño de la plantilla irá acompasado a la producción, lo que ha despertado el temor a ajustes e inclinado por ahora hacia Jindal algunos apoyos sindicales y de políticos locales.

El competidor indio ha contraatacado ofreciendo una producción de hasta 12 millones de toneladas y el mantenimiento del empleo. Y enarbola la bandera ambiental al asegurar que está en posición de incrementar la actividad frenando la contaminación, mediante tecnologías alternativas al horno alto y al uso del carbón como combustible (procesos con gas natural, que Jindal aplica en la India). Arcelor Mittal ha replicado que es económicamente inviable producir con gas en Europa por los altos precios. Y ha enfatizado también que Jindal no tiene presencia en Europa ni experiencia en procesos de expansión, en una estrategia que recuerda a la que utilizó Arcelor para intentar desacreditar la OPA de Mittal en 2005.

El desenlace de la batalla de Tarento, después del 3 de marzo.

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