La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El exministro afronta la pena 50 años después de las de su padre y su hermano

El gijonés tiene pendientes otras tres causas judiciales por supuestos delitos económicos y societarios

Caricatura de Rodrigo Rato.

Rodrigo Rato Figaredo, ex ministro de Economía y ex director general del Fondo Monetario Internacional (FMI), conoció su condena a 4 años y 6 meses de prisión por la emisión y uso con fines particulares de tarjetas opacas al fisco con cargo a Caja Madrid y Bankia (entidades financieras que presidió entre 2010 y 2012) a los 50 años justos de que otra sentencia, dictada por el entonces Juzgado Especial de Delitos Monetarios, condenara a penas de tres años de prisión a su padre, Ramón Rato Rodríguez San Pedro, y de dos de reclusión a su hermano, Ramón Rato Figaredo, como responsables del Banco de Siero y autores de un delito de fuga de capitales. Su tío paterno Faustino Rato y varios directivos del banco asturiano fueron sancionados con multas.

El fallo que condenó a su padre y a su hermano a la privación de libertad, dictado el 17 de febrero de 1967, se dio a conocer el 22 de febrero. Ayer, 23 de febrero, 50 años y un día después de la difusión de aquella sentencia traumática para la familia, el condenado a prisión ha sido Rodrigo Rato, y, al igual que lo fueron hace medio siglo sus familiares directos, por delitos económicos.

Cuando hace media centuria se dictaron penas de prisión para su progenitor y su hermano mayor, que ambos cumplieron en varios establecimientos penitenciarios, Rodrigo Rato era un joven universitario que acababa de iniciar el primer curso de Derecho y al que le faltaba menos de un mes para cumplir 18 años.

Ayer, Rato recibió su condena a pocas semanas de su 68 cumpleaños, y después de una dilatada carrera empresarial en los consejos de administración de las empresas creadas y adquiridas por su padre a partir de la posguerra en diversos sectores productivos y tras una fulgurante trayectoria política, a la que le llevaron una fortísima vocación pública (heredada sobre todo de su padre, de su tío Apolinar y de su bisabuelo Faustino Rodríguez San Pedro) y las generosas aportaciones económicas que hizo su padre a Alianza Popular (AP), de Manuel Fraga, para que incluyera a su benjamín en las listas electorales. Rodrigo Rato tuvo sonoros fracasos en su estreno político pero fue capaz de encaramarse a la cumbre del poder. Fue diputado cunero, portavoz parlamentario de AP para asuntos económicos, vicesecretario general del PP, vicepresidente del Gobierno, ministro de Economía y Hacienda, candidato a liderar la derecha española (lo vetó su amigo José María Aznar), director-gerente del FMI (con rango de jefe de Estado) y, durante dos años, uno de los cuatro mayores banqueros de España.

Ahora tiene pendientes otros tres frente judiciales. El gijonés, nacido en Madrid en 1949, está investigado (antigua imputación) por la crisis de Bankia y su salida a Bolsa. Se le acusa de posible administración desleal, apropiación indebida y falseamiento de cuentas. A su vez tiene abierta otra investigación por los cobros que recibió del banco de negocios Lazard, dirigido por un amigo y socio, a la vez que esta entidad fue contratada por Bankia. También se investigan otras operaciones de Bankia con otros proveedores. Y además tiene abierta una causa por su patrimonio personal y su supuesto ocultamiento al fisco. En este último caso concurren acusaciones de supuesto tráfico de divisas, blanqueo de capitales y alzamiento de bienes. Rato negó todas las acusaciones.

Compartir el artículo

stats