La controversia y las protestas ciudadanas para pedir la eliminación del impuesto de sucesiones y donaciones no son un cuestión exclusiva de Asturias. Varias plataformas en Andalucía y Extremadura también han organizado durante los últimos días diversas acciones de protesta contra este tributo. En Aragón hay asimismo una fuerte marejada política sobre este asunto. Son, además, las comunidades donde la tasa es más elevada, y sus gobiernos, todos socialistas, están centrando las iras de los afectados.

Al igual que ocurrió la semana pasada en Oviedo, en Andalucía también se celebró una manifestación para reclamar la eliminación del impuesto. Fue el 28 de febrero, coincidiendo con la fiesta de esta comunidad, y transcurrió por las calles de Sevilla. En la protesta participaron miles de personas convocadas por una plataforma cívica que promete seguir dando guerra a la presidenta andaluza, Susana Díaz, hasta que elimine el tributo. Los portavoces de la agrupación aseguraron que el impuesto "discrimina a los andaluces respecto a los españoles".

Sin embargo, pese a la creciente presión social, Díaz se mantiene firme. La presidenta andaluza aseguró la pasada semana en el Parlamento que no estaba dispuesta a introducir más cambios en el impuesto (después de aumentar las exenciones el año pasado). Y añadió: "Los impuestos serán siempre progresivos en Andalucía y no vamos a beneficiar a los ricos ni a quienes heredan cinco, diez o quince millones".

En Extremadura el debate también está abierto. La oposición lleva semanas presionando al presidente de esa comunidad, Guillermo Fernández Vara, para que elimine este impuesto. Un grupo de ciudadanos, además, ha iniciado en internet una recogida de firmas para reclamar su supresión. Llevan recogidas 19.000 rúbricas. Vara reconoció hace unos días que esta tasa "no le gusta" a nadie y cargó contra Madrid por su "competencia fiscal desleal".

En Aragón el debate sobre la eliminación de este tributo también centra, desde hace semanas, el debate político de la comunidad.