El repunte de la tasa de inflación de la eurozona hasta el 2%, su nivel más alto en cuatro años, no será motivo suficiente para que el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) decida en su reunión de hoy introducir variación alguna en su estrategia de política monetaria, que sí podría comenzar a debatirse a la vuelta del verano. Los expertos coinciden en que no se esperan novedades más allá de la revisión al alza por parte del instituto emisor de sus previsiones de inflación y crecimiento.