La dirección de Capsa y el comité de los centros de trabajo que el grupo Central Lechera Asturiana posee en Granda (Siero) volvieron a fracasar en su intento de desbloqueo de las negociaciones del convenio colectivo de 2016-2019. Las conversaciones, que quedaron bloqueadas el 23 de febrero, y que previamente ya habían desencadenado dos jornadas de huelga los días 15 y 16 tras una ruptura de los contactos en enero, se reanudaron anteayer, pero aunque hubo aproximaciones, volvieron a encallar y se dieron por rotas en la madrugada de ayer.

Los sindicatos dijeron que el desenlace se produjo pese a que ambas partes habían hecho esfuerzos de aproximación y que las diferencias ya eran muy pequeñas. En medios de la empresa se aseguró que ésta modificó varias veces sus propuestas mejorándolas y que hubo "inmovilidad" por la parte social. El comité dijo que el consejo de Capsa no accedió a recibir a los representantes de los trabajadores.

El convenio, que se empezó a negociar en abril de 2016, afecta a los 750 trabajadores del complejo de Granda, que abarca las oficinas centrales del grupo, las factorías de Capsa y de Asa, y la filial Geomer.