Arcelor-Mittal ha ofrecido al Gobierno italiano en torno a 1.600 millones de euros por el grupo siderúrgico Ilva, propietario del mayor complejo siderúrgico europeo en Tarento (al sur del país). La oferta supera en principio en 400 millones la que se atribuye a un consorcio liderado por Jindal Steel, grupo de procedencia india que también está en la puja.

Sobre el papel, Arcelor cobra ventaja en la batalla de Tarento, una adquisición que la multinacional considera estratégica para reforzar su liderazgo en el mercado europeo y cortar asimismo al entrada de un nuevo competidor. Jindal Steel, asociado para la operación con dos compañías transalpinas (el grupo siderúrgico Arvedi y una del multimillonario italiano Leonardo Del Vecchio), no tiene presencia fabril en Europa y con Tarento podría dominar el negocio de suministro de acero a la potente industria automovilística del país, algo que también ambiciona Mittal.

Según ha informado la agencia de noticias Reuters, la oferta económica de Mittal, aliado con el grupo Marcegaglia, asciende a 1.600 millones, en tanto que la de Jindal y sus socios se queda en 1.200 millones. En apariencia, los números favorecen a Arcelor, si bien ninguna de las dos ofertas está a la altura de las expectativas que tiene la Administración italiana. Y está por ver cómo se dilucida el duelo relativo a las inversiones.

La trascendencia social y estratégica de la planta siderúrgica para Italia da especial relieve al contenido de los planes industriales que ofrecerán ambos candidatos. Arcelor ha planteado inversiones por valor de 2.300 millones de euros a medio plazo y la fabricación de 9,5 millones de toneladas de acero al año, parte de ellas a partir de productos primarios procedentes de otras plantas europeas de la multinacional. La dirección que preside Lakshmi Mittal incluye 1.100 millones para mejoras ambientales, un capítulo singularmente sensible en Tarento, donde la contaminación ha provocado impactos severos en la salud de las personas y en el entorno, según han reconocido los tribunales de justicia.

Al contrario que Arcelor, Jindal Steel y sus socios no han desvelado hasta el momento los detalles de su propuesta inversora. Algunos medios locales han informado de que la oferta de inversiones podría irse hasta los 3.000 millones de euros, lo que pondría en aprietos a Arcelor. En sus manifestaciones públicas, Jindal ha enfatizado que está en condiciones de producir en Ilva más de 10 millones de toneladas de acero al año y de hacerlo con un bajo impacto ambiental, empleando tecnologías que reducen la utilización de carbón en el proceso y lo sustituyen por gas natural. Directivos de Arcelor han llegado a cuestionar la viabilidad técnica de una propuesta así.