Asturias, que hasta el año pasado era la segunda comunidad con el impuesto de sucesiones más alto, se desmarca como la región con la mayor tasa de renuncias a heredar. Según las cifras que maneja el Consejo General del Notariado, durante 2016 el 16% de los legados fueron rechazados en el Principado. El porcentaje supera con creces a la media española, que fue del 10%.
Ninguna otra comunidad supera la tasa del 15%. Como ya adelantó LA NUEVA ESPAÑA, durante 2016 Asturias alcanzó un nuevo máximo histórico de renuncias a heredar. Se contabilizaron 1.635, nueve más que el año anterior y más del triple que hace una década. El incremento en ese periodo ha sido del 228%, mientras que la mortalidad en la región apenas ha subido el 7%, según los datos del Instituto Nacional de Estadística.
Los notarios vinculan el aumento de renuncias a varios factores. El principal de ellos la crisis económica y el pinchazo de la burbuja inmobiliaria, que provocó que, por un lado, en muchos legados hubiera deudas -no es raro que en herencias haya bienes inmuebles que hoy valen menos que las hipotecas que pesan sobre ellos- y, por otro lado, que los herederos no tuvieran liquidez para afrontar el pago del impuesto de sucesiones. También destacan que hay renuncias para que sean los hijos del heredero quienes se queden con el legado, con vistas a dividirlo y con ello reducir las cuotas a pagar. Y finalmente también pesa la presión fiscal de cada comunidad y hasta el pasado año Asturias era, tras Andalucía, la región donde más alto era el impuesto de sucesiones para los parientes más directos.
