Noble, cercano y leal. Ésos fueron los atributos que, según el sacerdote Benjamín Morán, mejor definían a "su amigo" Luis Fernández Villa, padre del presidente de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE) y de la compañía GAM, Pedro Luis Fernández. Las palabras las pronunció el religioso ante una abarrotada basílica de San Juan el Real de Oviedo, en la que se reunieron cientos de personas para despedir al extrabajador de la embotelladora Asturbega, antigua filial de Coca-Cola en la región, y que guió a su hijo a la hora de fundar la que sería su primera compañía, un taller de maquinaria usada, bautizado como Caprisa, un negocio que hace unos años compró el grupo Hertz.

"Tenía tres pilares en su vida, la familia, los amigos y el trabajo, y a ellos entregó su vida, sembraba alegría allá por donde iba", aseguró Morán, que pidió a los familiares del fallecido, sentados en las primeras filas de la iglesia, que siguieran su ejemplo.

Cientos de personas dieron una cálida despedida al ovetense. Entre los asistentes había muchos empresarios. Entre ellos, el presidente de Química del Nalón, Rufino Orejas; el presidente de Duro Felguera, Ángel Antonio del Valle; el consejero delegado de Impulso, Jorge Suárez; el director general de Seresco, Manuel Busto, y el presidente de Proasur, Constantino Martínez. También se dieron cita políticos, como el director general de Innovación del Principado, Francisco Delgado; el presidente del PP de Oviedo, Agustín Iglesias Caunedo, y el diputado de Ciudadanos Nicanor García. E, incluso, sindicalistas como el secretario general de CC OO de Asturias, Antonio Pino.