El incremento de los valores catastrales es el factor principal que explica la subida de la recaudación del impuesto de bienes inmuebles (IBI) que han registrado todos los municipios durante la crisis. Ese tributo, ingreso principal de los ayuntamientos, fue el instrumento que se utilizó, sobre todo por iniciativa política del Gobierno central, para atajar las dificultades económicas de las corporaciones locales. A partir de 2012, se aprobaron desde Madrid recargos en el IBI, un procedimiento de urgencia para actualizar los valores catastrales y otro de lucha contra el fraude que en Asturias ha destapado la existencia de decenas de miles de construcciones o partes de ellas por las que no se tributaba.

Al mismo tiempo, los principales concejos asturianos realizaron en estos años revisiones completas de sus valores catastrales. La combinación de todas las medidas citadas explica que entre 2008 y 2015 (últimos datos disponibles) la recaudación del IBI subiera casi el 44% en Oviedo, el 45% en Gijón y por encima del 48% en Avilés.