Los trabajadores de la empresa de ascensores y escaleras mecánicas Zardoya Otis, unos sesenta en Asturias, llevan una semana seguida de huelga en protesta por el bloqueo de su convenio colectivo. La compañía planteó, durante las negoaciaciones, que los nuevos empleados que entren en la compañía lo hagan cobrando un salarios, unos siete mil euros menores de los que perciben los que ya están en plantilla. Una desigualdad y una doble escala en las nóminas que el presidente del comité en Asturias, Elio Iglesias juzga de "inadmisible".

Otra de las propuestas que ha enervado a la plantilla son las pretensiones de la dirección de la compañía de que el personal técnico de mantenimiento (la gran mayoría) tengan que estar disponibles las veinticuatro horas del día por si hay alguna urgencia. Además, los sindicatos también reclaman una subida de los salarios acorde con el crecimiento de los beneficios que está experimentando la compañía.

Según sus cuentas, durante el año pasado Otis ganó más de 150 millones el año pasado, un 2,5% más que el ejercicio anterior. Y este 2017 ha empezado mejor, incluso. Los representantes sindicales señalan que el beneficio de la empresa ha creció un 4% durante los primeros tres meses. Iglesias apunta que en los últimos años las nóminas habían estado prácticamente congelados, con unas subidas muy limitadas, de entorno al 0,3%.

La compañía tiene tres delegaciones en Asturias. Una en Oviedo, otra en Gijón y otra más en Avilés, donde trabajan sesenta personas, la gran mayoría de ellos personal técnico. Según Elio Iglesias el seguimiento de los paros en la región está siendo un éxito, pese a que, denuncia, la empresa ha establecido unos servicios mínimos por encima de lo normal, por encima de los estipulados por el Principado.

En protesta por el bloqueo de su convenio la plantilla (Otis tiene unos 3.000 trabajadores en toda España) ya ha realizado varias manifestaciones. Para mañana mismo está previsto una más por las calles de Madrid. Además, un grupo de empleados permanece desde ayer acampado a las puertas de la sede de la compañía en la capital española en señal de protesta.