La ingeniería gijonesa TSK tuvo un beneficio bruto (antes de impuestos) de 74 millones de euros el año pasado y en el primer trimestre del actual ejercicio generó una ganancia bruta de 22 millones, según los resultados difundidos este mañana por la compañía.

TSK, que tuvo en 2016 unas ventas de 977 millones de euros, (el 32% más que en 2015), prevé superar en 2017 los 1.000 millones de facturación (un aumento de más del 10%) y obtener un beneficio "ligeramente superior" al del ejercicio precedente, manteniendo márgenes.

Entre enero y marzo pasados, la ingeniería que preside Sabino García Vallina y que dirige Joaquín García Rico, contrató obra por 338 millones, con lo que su cartera de contratos alcanzó los 2.200 millones, y realizó ventas por 252 millones, el 12% más que en el mismo periodo de 2016. En el pasado trimestre el beneficio de explotación fue de 22 millones y el beneficio antes impuestos, de 20 millones, con un margen del 8%, muy superior a la media del sector.

La compañía concluyó marzo con una tesorería de 350 millones y unos fondos propios de 375 millones.