El impuesto de plusvalías es el tercero que más recursos aporta a los ayuntamientos asturianos, por detrás del IBI (principal ingreso tributario) y la "viñeta". Durante los últimos cuatro años, la recaudación de plusvalías en los concejos que las recaudan (generalmente los que superan los 5.000 habitantes) superó los 140 millones de euros. Según la sociedad de tasación Tinsa, el número de liquidaciones en las que los contribuyentes tuvieron que tributar pese a no existir plusvalía real rondaría las 9.400. Un portal especializado en reclamaciones añadió ayer la siguiente aproximación: a razón de un cargo de 4.500 euros de media por liquidación, lo pagado de más superaría los 42 millones, casi tanto como todo lo recaudado por el impuesto en la región en 2015, año en el que se alcanzó un máximo histórico.