La compra de la planta de Ilva por parte de Arcelor-Mittal tendrá que superar otro escollo una vez que el Gobierno de Italia haga oficial la operación. La Dirección General de Competencia de la Unión Europea tendrá un mes para determinar si el gigante del acero tiene una excesiva cuota de mercado en el Viejo Continente. De ser así, podría obligarla a tener que hacer alguna desinversión, lo que podría tener repercusiones sobre el empleo.

Tirando de números, los sindicatos aseguran que ahora mismo con la producción actual de Tarento (que ronda los cuatro millones de toneladas al año) no habría problemas de caer en una posición monopolística. De hecho, las centrales apuntan que después de la oleada de cierres de instalaciones siderúrgicas que se produjo en Europa durante esta gran crisis, ahora hay más demanda que oferta de acero en el continente. Aun así, Arcelor ya supera el 65% de cuota de mercado en algunos productos, por lo que Bruselas podría llegar a ponerle algún que otro problema.

Hace sólo unas semanas la propia Dirección de Competencia de la UE remitió una carta a los dos contendientes en la batalla por Tarento (Arcelor-Mittal y Jindal) para advertirles de que tener una elevada cuota de mercado en Europa podría considerarse como una conducta monopolítica y podría llegar a obligarles a tomar medidas para ajustar la producción.