Liberbank, el banco dominado por la Fundación Bancaria Cajastur, sufrió ayer un severísimo castigo en Bolsa, con un desplome que llegó a ser del 37,45%, aunque con posterioridad atenuó su derrumbe y cerró con una caída del 17,58%, fijando un precio al cierre de la sesión de 0,68 euros por acción frente a los 0,825 de la víspera. Pese al fortísimo correctivo infligido al valor desde el miércoles, la acción de Liberbank se mantiene el 29,3% por encima de su precio de hace un año: en julio pasado valía 0,526 euros.

El banco consumó así su tercera jornada consecutiva con una fuerte penalización (en tres días se dejó el 37,8% de su valor bursátil) y la décima con cierres en rojo a causa del efecto contagio por la crisis del Banco Popular, del nerviosismo de algunos inversores tras el desenlace de la entidad madrileña y de la actuación especulativa de los inversores que apuestan a la baja (los llamados cortistas) para intentar ganar dinero con las caídas de las cotizaciones que ellos contribuyen a desencadenar. Tras haber actuado contra el Popular, los bajistas lo hacen ahora contra el más pequeño de los bancos que cotizan en el parqué.

También está actuando en la tormenta bursátiles sobre Liberbank la venta de deuda subordinada del banco en manos de fondos de inversión que hace tres días constataron, con la intervención del Banco Popular, que la nueva norma europea de resolución de bancos (que se estrenó el miércoles y que exige absorber pérdidas con cargo al capital, bonos convertibles y deuda subordinada antes de que los contribuyentes y los estados asuman el coste) no era retórica. La venta de deuda subordinada de Liberbank, y la consiguiente caída de su precio por la exigencia de mayor rentabilidad por los inversores en el mercado secundario, alimenta una percepción de riesgo que acaba influyendo en la Bolsa con la depreciación de las acciones.

Con la caída de ayer, Liberbank vale algo más de 479,05 millones de euros, el 15,2% menos que el precio al que debutó en Bolsa hace cuatro años.

El pequeño tamaño de Liberbank y su consecuente valor contenido en Bolsa supone que su precio se pueda mover con más facilidad (al alza o a la baja, según la tendencia dominante en el mercado) con relativo poco dinero. Así, el derrumbe de ayer fue posible moviendo 49,26 millones. En la jornada cambiaron de manos 75,046 millones de acciones, representativas del 8,08% del capital social total del banco.

Sin embargo, una de las fortalezas del grupo (la fuerte concentración de capital en manos de los accionistas de referencia presentes en el consejo y de otros estables, y que en conjunto suman el 68,37%) se vuelve debilidad a efectos de cotización porque el precio se fija exclusivamente con el 31,62% del capital que fluctúa. De manera que su efecto amplificador es muy importante, dado que, moviendo -como ocurrió ayer- el 8% de los títulos, el efecto es que cambió de manos el 25,56% de las acciones negociables. En los últimos tres días se mercadearon más de 104,29 millones de acciones, lo que supone el 11,23% de todos los títulos de la entidad pero casi el 36% de los que flotan en el mercado.

La entidad bancaria, resultante de la fusión de los negocios financieros de las antiguas cajas de ahorros de Asturias, Extremadura y Cantabria, mantiene, según medios de la entidad, una cualificada fortaleza, con ratios de solvencia y de capital elevados, posiciones de liquidez de disponibilidad inmediata acusados (6.949 millones), tasa de equilibrio de financiación en el negocio minorista del 87,4% (el mayor de los cotizados, según el grupo bancario) y un indicador de liquidez a corto plazo del 332% frente a una exigencia normativa del 60%. Liberbank aseguró en los últimos días que ha reducido su cartera de activos improductivos el 38,3% en un año y que en lo que va de ejercicio está superando los objetivos. Respecto a la tasación de su cartera inmobiliaria, afirmó que está actualizada y que sus créditos dudosos tienen una cobertura del 121%.

El comportamiento de la clientela que, según la entidad, se comportó con calma y serenidad al margen de los movimientos accionariales en Bolsa y de los ataques especulativos, supone uno de los principales cortafuegos con que cuenta la entidad para evitar la propagación de las tensiones desde el parqué al desenvolvimiento de la entidad.

El Popular no fue intervenido y vendido al Santander por falta de solvencia, sino, según explicó el Banco Central Europeo(BCE), por la insuficiencia de liquidez que le generó la fuga no de los accionistas y bonistas, sino de los ahorradores que retiraron 18.000 millones en dos días, pese a que éstos están amparados y tienen su dinero protegido por el Fondo de Garantía de Depósitos hasta 100.000 euros por depositante.

La caída de la acción en Bolsa, aunque no afecta la solvencia y liquidez de la operativa bancaria, podría, de proseguir, facilitar algún intento de compra hostil de la entidad, aunque el banco, pese a tres jornadas convulsas, aún vale casi el 30% más que hace un año. Una OPA se enfrentaría en todo caso a la mayoría absoluta que controla el consejo de administración.