Los seis bancos acreedores de Duro Felguera (con los que la empresa asturiana tiene contraída una deuda neta de 205 millones al cierre del primer trimestre) han hecho una propuesta de "acuerdo de espera" por el que las entidades financieras concederán tres meses de moratoria durante los que renunciarán al cobro del principal de la deuda y de sus intereses al grupo que preside Ángel Antonio del Valle para dar oxígeno a la compañía mientras se negocia la refinanciación de sus débitos. Duro, que está analizando el documento, confía en que se firme la semana próxima, según afirmó su máximo dirigente.

Las dificultades de la empresa -que, según sus responsables, no cuestionan su viabilidad y fortaleza- proceden de los impagos de algunos clientes y de las demoras de otros, que suman un importe de 492 millones, equivalente al 140% de la deuda bancaria del grupo. Estas demoras están siendo objeto de reclamaciones judiciales y arbitrajes cuyo desenlace no se espera para antes de 2018.

En los 492 millones reclamados por Duro, 80 millones son impagos o demoras de varios clientes en India, que fueron desvelados ayer y sobre los que existen varios litigios planteados por la compañía. Además, dos contratos logrados por Duro en Brasil en 2015 para construir dos ciclos combinados por un importe de 800 millones (y que estaban paralizados y aparcados desde entonces por falta de financiación del cliente) podrían perderse porque el promotor (el grupo Bolognesi Energía) ha vendido el proyecto por falta de fondos y el nuevo titular (el grupo Prumo) no ha desvelado si mantiene la contratación con Duro. Aunque la obra de Brasil lleva tiempo en duda por la propia Duro por la situación del cliente y del país, su pérdida supondría una merma significativa de la actual cartera de pedidos, que sumaba 2.227 millones al cierre del pasado trimestre. Sin embargo esa eventualidad no agravaría la situación financiera de la compañía asturiana, dado que ésta no adelantó avales.

El resto de los cobros pendientes, 125 millones corresponden al proyecto argentino de Vuelta de Obligado: 204 millones, a la obra de Roy Hill, en Australia, y 83 millones, a cobros pendientes en Venezuela por el proyecto Termocentro, a los que se suman 16 millones por trabajos ejecutados pendientes de facturar. Venezuela pagó en el primer trimestre 15 millones a Duro. Esta compañía ha iniciado la negociación para que el cliente reconozca los intereses de esta deuda, que, según el contrato, son exigibles.

El acuerdo entre Duro y la banca, que daría margen a la empresa para negociar la refinanciación de sus débitos sin hacer frente durante tres meses a los pagos de la deuda y sus intereses (de los que la compañía está al corriente) supondrá, de facto, el inicio real de las negociaciones con los acreedores. Aunque las conversaciones se iniciaron el año pasado, Del Valle dijo ayer: "Hemos empezado a negociar ahora". El presidente de Duro pidió diligencia y premura: "La negociación ha estado en espera. Nosotros haremos todos los esfuerzos para que vaya lo más rápido posible. Esta situación es mala y el paso del tiempo nos afecta". La negociación pretende "acompasar las necesidades de liquidez y el vencimiento de la deuda" al plan de negocio de Duro, indicó.

En su discurso a los accionistas, durante la junta general celebrada ayer en Oviedo, Del Valle alertó de que "el factor tiempo es crítico" por el "fuerte impacto" que están suponiendo en la tesorería de la empresa los impagados y los retrasos en el cobros a algunos clientes y los costes de los arbitrajes, así como la tardanza en llegar a un acuerdo de refinanciación. "Durante el largo tiempo que está durando la negociación con las entidades financieras, la sociedad", sostuvo Del Valle, "está sufriendo un fuerte 'impasse' en su actividad comercial y de contratación".

Aunque Duro ha superado en lo que va de año el volumen de contratación lograda en el mismo periodo del anterior ejercicio, la ausencia de avales bancarios le supuso la pérdida de obras y la renuncia a optar a concursos.

La demora obedeció, en parte, a la exigencia bancaria de que se hiciese un "examen profundo" previo por un experto independiente de la situación del grupo.

Del Valle dijo que los factores que deterioraron los resultados (el grupo cerró 2015 y 2016 en pérdidas) fueron "inevitables" y formaron una "tormenta perfecta". Duro, con 2.000 empleos directos, está al corriente en el pago de salarios y cuotas a la Seguridad Social. "Que suframos tensiones de tesorería no significa que no tengamos dinero", señaló. La cotización del grupo cayó ayer el 5,88% en Bolsa.