El exministro Carlos Solchaga, consejero de Duro desde julio de 2011, renunció ayer a optar a la reelección para un nuevo mandato, aunque fuentes de la compañía dijeron que seguirá como asesor externo. La marcha de Solchaga es la segunda que se produce este año en el consejo, tras la de Javier Valero en abril. Valero también era consejero desde 2011. Ayer los accionistas ratificaron (aunque con votos en contra y abstenciones) la reelección del resto de consejeros que finalizaban mandato (todos, incluido el presidente, salvo Francisco Javier González Canga, que tiene mandato en vigor) y la entrada de dos nuevos vocales: Elena Cabal y Ricardo Córdoba.

En una asamblea sin aplausos, y por vez primera sin preguntas (fue la más tranquila y breve en dos decenios), los accionistas facultaron al consejo para poder ampliar capital hasta en 40 millones en 5 años y emitir obligaciones o bonos convertibles por un máximo de 150 millones. Ampliar capital, vender activos, incorporar algún accionista adicional y reforzar el equipo directivo son algunas de las medidas que se negocian con la banca. Del Valle dijo que el grupo y sus accionistas de referencia (familias Arrojo y Arias) están dispuestos a todas las opciones que garanticen el futuro de Duro, su empleo y su asturianía.