La Fiscalía Anticorrupción acusó ayer a los seis miembros de la excúpula de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) de "hacer trampas" en los estados financieros de la entidad en 2010, que arrojaron cerca de 200 millones de beneficio por operaciones "sin lógica". Durante la lectura de sus conclusiones, el fiscal Luis Rodríguez Sol aseguró que esas "cuentas falseadas" de forma "intencionada" consolidaron una situación de "tranquilidad" en el ejercicio siguiente que ocasionó un "daño innegable". El Ministerio Público destacó el papel de Roberto López Abad, exdirector general de la entidad, por ser el primer responsable de estas irregularidades. La Fiscalía pide para los cuatro antiguos directivos de la caja y que supuestamente urdieron la trama siete años y medio de cárcel.