El empresario asturiano Manuel José del Dago Fernández, que reside actualmente a caballo entre Miami (Estados Unidos) y Barranquilla (Colombia), desembarcará el lunes en España con la intención de cerrar la toma de control del astillero La Naval de Sestao, que atraviesa por graves problemas financieros. Del Dago (Coraín, Cangas de Onís, 1927) había prometido acudir a la segunda fase de la ampliación de capital del grupo, que finaliza hoy mismo, suscribiendo el 80% de la acciones. Pese al anuncio del viaje, los miembros del comité de empresa de La Naval mostraron ayer inquietud.

El desembolso del asturiano es el único salvavidas que le queda a la empresa vasca. La junta de accionistas del astillero aprobó en junio una operación "acordeón" consistente en reducir su capital a cero e inmediatamente convocar una ampliación de capital de 42 millones. En la primera fase de la misma Del Dago ya hizo una inversión contenida.

Nada más pisar suelo español Del Dago tendrá deberes. Fuentes sindicales señalaron ayer que el empresario tendrá que negociar con los sindicatos la refinanciación de la deuda que ahoga al astillero, una vez que concrete su inversión en la compañía vasca.

El asturiano, que de joven fue pastor, se vio envuelto hace un par de años en un desagradable incidente. Fue detenido nada más pisar suelo español cuando venía a hacer negocios por haber dejado sin pagar una multa de 144.000 euros que le habían impuesto por realizar unas obras de remodelación ilegales en una antigua cabaña de pastores de su propiedad en pleno parque de los Picos de Europa. Pasó diez días en la prisión de Soto del Real (Madrid).