Venezuela es desde hace semanas un polvorín político y social. Esa marejada, en la que ya resuenan incluso tambores de un posible golpe de Estado, podría llegar a salpicar a Duro Felguera. Al menos, la delicada situación por la que atraviesa el país añade un grado más de incertidumbre a las deudas que el Gobierno de Nicolás Maduro tiene contraídas con la ingeniería asturiana por la construcción de una central de ciclo combinado, bautizada como Termocentro, y ubicada en el municipio de Paz Castillo. La compañía asturiana aseguró ayer que "tenemos un acuerdo de calendario de pagos con el Ejecutivo de Venezuela que esperamos que se cumpla". No obstante añadió: "La tensión política en el país no es buena noticia en general".

El cortocircuito en caso de impagos puede ser importante, ya que la cantidad adeudada es alta, y más en estos momentos de estrechez económica por los que atraviesa Duro Felguera, con problemas de crédito y a la espera de la entrada de un nuevo inversor en su accionariado para tomar algo de oxígeno.

El Ejecutivo venezolano pagó en febrero 15 millones de euros y acordó un calendario para saldar el resto, siempre y cuando las posibilidades económicas del país lo permitieran. Pero han pasado seis meses desde aquel abono y se desconoce si a la cuenta de la ingeniería ha llegado más dinero procedente del Gobierno de Maduro. En 2016, la propia compañía que preside Ángel Antonio del Valle ya denunció que los cobros se estaban realizando a un ritmo más lento del acordado. Los facturas pendientes ahora ascienden a 86 millones.

La ingeniería ganó el contrato, valorado en más de 1.500 millones de euros, para levantar esta instalación eléctrica allá por el verano de 2009. El trabajo consistía en la construcción de una central de ciclo combinado de 1.000 megavatios, una de las mayores del país. La gigantesca instalación que desde hace unos años suministra electricidad a Caracas y a su área urbana de influencia, con más de 4,5 millones de habitantes, se asentó a 40 kilómetros de la capital venezonlana, Caracas, en el municipio Paz Castillo (Estado de Miranda).

Venezuela no es el único país en el que Duro ha tenido problemas para cobrar. La ingeniería tiene pleitos abiertos en Argentina y Australia, pero por diferentes motivos. Así, la multinacional asturiana reclama al gobierno argentino unos sobrecostes de 137 millones, generados por el galope de la inflación en el país, tras la construcción de la central de ciclo combinado de Vuelta de Obligado.

En Australia, por su parte, Duro tiene pendiente de cobrar 88 millones por una obra en el complejo minero Roy Hill. La suma supera con creces los 300 millones.