La deuda pública española sigue su escalada y cerró el mes de junio en una cifra sin precedentes: se acerca a los 1,139 billones de euros, con lo que vuelve a superar el 100% del producto interior bruto (PIB), que se sitúa por encima de los 1,1 billones.

En lo que va de 2017 la deuda soberana sólo se redujo en abril. La tendencia alcista se produce pese a las excepcionales circunstancias favorables para que se contrajera: un crecimiento de la economía superior al 3% (lo que entraña un aumento de la recaudación fiscal), el descenso en el gasto público por desempleo (tanto por la caída del paro como por la menor tasa de cobertura de los desempleados) y la política monetaria ultraexpensiva del Banco Central Europeo (BCE), con los tipos de interés en el 0% y compra masiva de deuda, lo que ha supuesto una drástica reducción de los intereses que el estado paga por su deuda, al extremo de que en algunos plazos los intereses que abona España son negativos.

La deuda pública ha aumentado en más de un tercio (el 35,26%) desde que el PP llegó al Gobierno en la última semana de diciembre de 2011. Entonces el endeudamiento era de 743.531 millones.