La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La reconversión del "8" asturiano

El declive de Mieres y Langreo acrecienta el peso económico del núcleo formado por Oviedo, Gijón, Siero y Llanera - La capital ya genera el 26 por ciento de la riqueza regional y ha reforzado su protagonismo durante la crisis

El proceso de industrialización de Asturias desde mediados del siglo XIX está en el origen de la polarización territorial de la región, de la concentración de la población y de la actividad productiva en el área central en detrimento de los territorios del oriente y del occidente, como se recoge en el libro de síntesis de la obra "Estrategias para la Reindustrialización de Asturias" (Informe ERA), de cuya elaboración se cumplen 25 años. Conocido desde décadas antes como el "8" asturiano, ese espacio, formado inicialmente por Avilés y Gijón al norte, Oviedo en el centro y Mieres y Langreo en el sur y con la incorporación de Siero y Llanera, sobre todo a partir de su desarrollo como grandes áreas de localización empresarial, aportaba en 1992 casi el 72,5% de toda la riqueza que generaba la región en un año. Un cuarto de siglo después, el resultado de la misma suma rebasa el 75%.

La industrialización activó las fuerzas centrípetas que movieron a los hogares y a las empresas hacia el área central y el declive industrial y la terciarización económica (avance de los servicios, retroceso del sector fabril y del campo) han acrecentado ese fenómeno en las tres últimas décadas. Aunque dentro del "8" asturiano se han producido mutaciones de calado, según se infiere de los trabajos estadísticos de la Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales (SADEI) sobre la producción, el empleo y la población de los municipios asturianos.

Los perdedores. "No puede decirse que el ocho asturiano esté en fase de desintegración", escribía el equipo redactor del "Informe ERA" al final de sus trabajos, en 1994. Se proyectaba que, pese a la tendencia declinante de Mieres y Langreo (por la minería) y de Avilés (por la siderurgia), estos municipios podrían buscar alternativas ("no necesariamente industriales") y desplegar funciones distintas a las de entonces dentro del área central.

El desmantelamiento gradual de la minería no ha desconectado a Mieres y Langreo del "8" asturiano, al menos en la medida en que sus comunicaciones físicas con Oviedo, Gijón y Siero son radicalmente mejores que hace 25 años (a través de la A-66, la Autovía Minera y la de los túneles de Riaño). Los dos concejos mineros han registrado, sin embargo, un hundimiento vertical de su peso económico dentro de Asturias, según se infiere de las cifras comparables (del producto interior neto y del valor añadido neto) que elabora SADEI.

Mieres pasó de aportar en 1992 algo más del 5% de la riqueza regional al 2,84% en 2014 (últimos datos disponibles y divulgados este verano). Esto es, la relevancia de Mieres en la economía de Asturias descendió entre esos años el 44%. La repercusión en el empleo ha sido la pérdida de uno de cada tres puestos de trabajo entre 1992 y 2016. Mieres tiene ahora menos de 10.000. La población retrocedió el 26% y está por debajo de las 40.000 personas. Siquiera transitoriamente, su nivel de renta se mantiene entre los más altos de Asturias (noveno concejo con mayor renta disponible por habitante, como en 1992) gracias a los ingresos correspondientes a las jubilaciones mineras.

Langreo también permanece entre los quince municipios asturianos donde las familias disponen de mayor renta por las mismas razones que Mieres y tras haber sufrido un desplome de la actividad económica severísimo, aunque algo más suave que el del concejo del Caudal. El municipio cabecera de la comarca del Nalón, con un perfil industrial algo más diversificado en los años 90, aportaba entonces el 5,3% de la riqueza regional y en 2014 había bajado al 3,28%. En estos años de cierre de pozos y de políticas de reindustrialización que apenas amortiguaron el retroceso del producto y del empleo, se extinguieron casi 4.000 puestos de trabajo, el 17% del total. El retroceso de población fue del 20%.

Aún perdiendo relevancia económica, empleo y habitantes, los números de Avilés certifican que el municipio ha tenido la capacidad y la oportunidad (la siderurgia se transformó, pero no entró en proceso de liquidación como el carbón) de reaccionar mucho mejor que la Asturias minera a su propia reconversión. El valor añadido neto que generan sus actividades económicas equivale al 8,3% del total regional, 1,85 puntos menos que en 1992. Por el camino se ha dejado también casi 5.000 puestos de trabajo.

Los ganadores. Oviedo y Gijón concentraban en ese mismo año el 45,4% del producto interior neto (el PIB una vez descontado el consumo de capital fijo) y más de dos décadas después se situaron en el 51,56%. Las dos ciudades asturianas han acrecentado su preeminencia económica a la vez que Mieres y Langreo profundizaban en su declive. Los flujos de emigración interior desde las cuencas hacia Oviedo y Gijón explican una parte del crecimiento demográfico de estos grandes concejos desde 1992: 12% en el caso ovetense y 4% en el gijonés.

La diferencia entre ambos resultados delata que, entre los ganadores de la reconversión del "8" asturiano, el principal ha sido Oviedo. La contracción de la industria gijonesa (siderurgia, astilleros...), combinada con la terciarización de la actividad (los servicios generan menos valor añadido que las ramas fabriles), resto velocidad al avance de Gijón, en tanto que Oviedo se reforzó como referencia terciaria, favorecida además por el desarrollo de la Administración autonómica y a la concentración de gran parte de su empleo en la ciudad. El resultado puede medirse con los siguientes datos: el peso relativo de Oviedo en la actividad económica escaló del 22% al 26,12% entre 1992 y 2014, y además se acrecentó en plena crisis económica (era del 25,7% en 2010). Gijón, por su parte, pasó de aventajar a Oviedo hace 25 años (23,36% del producto regional) a estar ligeramente por debajo en 2010 (25,2%) y más claramente en 2014 (25,4%).

Los otros ganadores del área central son Siero y Llanera, especialmente este último concejo. La localización de grandes espacios industriales y la posición de ambos municipios en el área de influencia de Oviedo y de Gijón han potenciado su protagonismo económico. Pese a los impactos del cierre de explotaciones mineras (Pumarabule y Siero en los 90 y Mosquitera antes), la aportación de Siero a la riqueza regional se mantuvo por encima del 5% en las últimas dos décadas y el empleo y la población crecieron (7,6% y 17%, respectivamente).

Y el balance de Llanera, enclave empresarial estratégico concebido en el tardofranquismo (junto a Lugones) y con una notable expansión en las décadas siguientes, más que duplicó (del 1,39% en 1992 al 3,68% en 2014) su participación en el producto regional y casi triplicó su empleo (de 5.700 a 15.000 puestos de trabajo, superando a Mieres y a Langreo). El concejo contribuyó así a la conformación y crecimiento del que ahora es el auténtico gran núcleo central de la economía asturiana, el formado por la suma de Oviedo, Gijón, Siero y Llanera (60% de toda la actividad productiva).

Compartir el artículo

stats