Varios grupos inversores, sobre todo extranjeros, han mostrado su compromiso a participar en la ampliación de capital que acometerá Liberbank entre fines de octubre y mediados de noviembre por 500 millones de euros y que ayer fue aprobada por la junta extraordinaria de accionistas de la entidad con el respaldo del 99,8% del capital presente en la asamblea, equivalente al 68% del accionariado.

Pese a las turbulencias bursátiles y la incertidumbre política y económica causadas por el secesionismo catalán, el banco mantiene su plan, aunque su consejo de administración fue facultado ayer por la junta, según el procedimiento habitual en estos casos, para suspender la operación si circunstancias adversas del mercado así lo aconsejasen.

El propósito de la entidad es seguir adelante con la operación y el presidente del banco, Pedro Rivero, preguntado por uno de los accionistas, ratificó a su vez la determinación de la entidad para persistir en su proyecto en solitario como banco independiente. Rivero desmintió que Liberbank haya recibido indicaciones de los organismos públicos reguladores (en alusión al Banco de España, BCE y Gobierno español) para que se fusione con otro grupo, aunque admitió presiones de analistas y otros sectores del mercado. "Puede estar tranquilo. Mientras este consejo cuente con el apoyo de la junta, se pueden ahorrar las presiones quienes quieran ejercerlas porque no vamos a hacer caso de ellas", replicó Rivero.

En los contactos mantenidos por el banco con inversores potenciales mediante reuniones en Nueva York, París y Londres se ha confirmado el compromiso de varios grupos para tomar parte en la ampliación mediante la compra de acciones y derechos de suscripción que sacarán a la venta para una colocación rápida y en bloque las fundaciones bancarias Cajastur, Caja Extremadura y Caja Cantabria antes de la ampliación y con la que estas entidades generarán recursos para suscribir sin impacto económico para ellas parte de las acciones de nueva emisión a las que tienen derecho de adquisición.

Las tres antiguas cajas, que suman el 44,8%, diluirán parcialmente su peso en el accionariado del banco en una proporción que dependerá del precio final de las acciones y de la combinación de títulos y derechos de los que se desprendan. Por el contrario, los otros tres grandes propietarios del banco -el fondo de inversión Oceanwood (12,65%), el inversor mexicano Ernesto Tinajero (7,57%) y el grupo asturiano Masaveu (5,61%)- han comprometido que tomarán la totalidad de las acciones que les corresponden por lo que mantendrán su porcentajes de participación actuales. Oceanwwood, segundo accionista, entrará previsiblemente en el consejo tras haberlo solicitado.

La ampliación, que se pondrá en marcha en la última semana de este mes y que se prevé culminar a mediados o en la segunda quincena de noviembre, tiene por finalidad reforzar el capital y la solvencia, y cubrir las posibles minusvalías que se produzcan por la pretensión del banco de acelerar el saneamiento de su balance con la venta -con descuentos significativos- de los activos improductivos y deteriorados que aún acumula. Para facilitar la colocación de nuevas acciones, el banco aprobó reducir el valor nominal de sus acciones actuales de 0,9 a 0,02 euros, con lo que el capital social caerá de los 835,55 millones a 18,568 millones. Con la diferencia (816,99 millones) se constituirá una reserva voluntaria indisponible. Acto seguido, el banco ampliará su capital en un máximo de 500 millones mediante la emisión de 25.000 millones de títulos nuevos con un valor nominal de 0,02 euros y un precio que determinará el consejo junto con la prima de emisión. Si no quedara cubierta en su totalidad, habrá tres prorrateos entre quienes hayan hecho peticiones adicionales. Citi y Deutsche Bank garantizarán la colocación de acciones que queden sin suscribir. La operación se hará con las apuestas bajistas prohibidas por la Comisión de Valores.