La economía asturiana ha acelerado su crecimiento este año hasta el 2,4% del producto interior bruto (PIB) y en 2018 tendrá un desempeño muy parecido (2,3%), según las predicciones del servicio de estudios del BBVA. Sus economistas estiman también que la región ganará unos 12.300 empleos netos entre ambos ejercicios. Pero esos resultados no bastarán para que, cuando se hayan cumplido diez años del inicio de la Gran Recesión, la comunidad recupere los niveles de riqueza y de ocupación que tenía antes de ella.

El informe "Situación Asturias", presentado ayer, retrata un crecimiento económico que en la región va unos pasos por detrás de España en 2017 (se estima que el PIB nacional aumentará el 3,1%, siete décimas más que el asturiano). Esa brecha tenderá a cerrarse en los ejercicios siguientes, según el análisis de Miguel Cardoso, economista jefe de España del observatorio BBVA Research. Si se cumplen sus pronósticos, el diferencial con el país se quedará en una décima en 2018 (crecimiento del 2,3% en Asturias y del 2,4% en España) y desaparecerá más adelante, debido a que, presumiblemente, la economía nacional registrará en ese plazo una desaceleración más acusada que la asturiana.

Los 4,8 puntos de PIB que crecerá Asturias en el bienio 2017-2018, si se cumplen esos vaticinios, situarán a la región en esa fecha con un nivel de riqueza aún inferior en un 5% al de 2008. Los cálculos del BBVA indican, no obstante, que en el plazo de dos años sí se recuperará el PIB por habitante previo a la crisis, como consecuencia del crecimiento económico, pero también del descenso de la población.

La distancia con la situación de hace una década será más importante en el empleo. Los 12.300 trabajos más que puede tener Asturias a fines de 2018 situarán el nivel de ocupación medio por encima de las 405.000 personas, 36.000 más que en 2013 (cuando la crisis tocó fondo) y casi 50.000 menos que en 2008. La traslación a la tasa de paro será la siguiente: el desempleo bajará al 11,2% en dos años (ahora está en el 12,95%) y será 3,3 puntos superior al de hace una década. Cuando llegue ese momento, tampoco el conjunto de España habrá recuperado la ocupación laboral y los índices de desempleo que tenía antes de la crisis. Ni en cantidad ni en calidad. Miguel Cardoso alertó ayer sobre el exceso de contratación temporal, "que tiene consecuencias económicas y sociales negativas".

¿Cómo es la calidad de la recuperación asturiana? La aceleración del crecimiento de este año esta cimentada en la mejora del consumo de los hogares (favorecida por la creación de empleo, los bajos tipos de interés y el moderado precio el petróleo). Y las exportaciones crecen vigorosamente tras el bache de 2016, aunque la aportación de la demanda exterior al avance del PIB queda mutilada por un aumento igualmente fuerte de las importaciones. La construcción manda aún señales de debilidad, con la inversión pública bajo mínimos y con una recuperación incipiente de la edificación de vivienda que, anticipó Cardoso, se avivará en años venideros. Asturias participa del empuje del turismo, si bien el menor peso relativo de esta actividad en el PIB limita sus efectos benéficos sobre el crecimiento y el empleo. Y en ramas productivas como la industria y algunas de los servicios se observan mejoras diáfanas de la productividad.

La recuperación no es territorialmente homogénea. A partir de los datos de las afiliaciones a la Seguridad Social, el BBVA concluye que el centro de Asturias capitaliza el despegue del empleo, con mejoras del 10% desde 2014 en Gijón y del 5,6% en Oviedo. El resultado de Avilés es más tibio, en tanto que flojean los valles del Caudal y la zona Eo-Navia, con un incremento de cotizantes del 0,3%. En las alas, resultados de signo opuesto, con un alto dinamismo en el Oriente (6,4%) y retrocesos en el Suroccidente minero y ganadero (-4,6%).

En general, el crecimiento asturiano comparte los riesgos que acechan al de España. El "Brexit" podría afectar a las exportaciones y un empeoramiento de las condiciones financieras, dañar el consumo y la inversión, aunque la asturiana es una de las economías regionales menos endeudada. Como también es una de las que, opinó Cardoso, tienen una exposición más modesta al riesgo por la crisis política catalana. Según el escenario "más probable" con el que trabajan los economistas del BBVA, el conflicto podría restar hasta 0,5 puntos al crecimiento del PIB español en 2018 y menos en el caso de Asturias.