Las térmicas de carbón cubrieron el pasado noviembre el 21,9% de la demanda de electricidad en España, lo que convirtió a estas instalaciones en las que mayor aportación realizaron, por delante de los ciclos combinados, centrales alimentadas por gas que también funcionaron intensamente (21,6% de aportación). Ese protagonismo de ambas tecnologías se explica por la baja producción hidráulica, derivada de la sequía, y por una caída en la generación nuclear, debido a una parada técnica en la térmica de Cofrentes. Estos resultados se producen en pleno debate sobre el futuro de las térmicas de carbón, tras la decisión de Iberdrola de cerrar la de Lada.

Según informó este jueves Red Eléctrica de España, la demanda peninsular de energía eléctrica en noviembre se estima en 20.886 GWh, un 1,1 % superior a la registrada en el mismo mes del año anterior. Si se tienen en cuenta los efectos del calendario y las temperaturas, la demanda peninsular de energía eléctrica ha aumentado un 2,9 % con respecto a noviembre del 2016.

De enero a noviembre, la demanda peninsular de energía eléctrica se estima en 230.410 GWh, un 0,7 % más que en el 2016. Una vez corregida la influencia del calendario y las temperaturas, la demanda de energía eléctrica ha aumentado un 1,1 % respecto a la registrada en el año anterior.

La producción de origen eólico en noviembre ha alcanzado los 3.884 GWh, un 0,1 % inferior a la del mismo mes del año pasado, y ha supuesto el 18,2 % de la producción total.

En el mes de noviembre, con la información estimada a día de hoy, la generación procedente de fuentes de energía renovable ha representado el 27,3 % de la producción.

El 43,9 % de la producción eléctrica de este mes procedió de tecnologías que no emiten CO2.