Las estaciones de servicio han emprendido una campaña para tratar de poner cerco a la expansión de las gasolineras desatendidas, aquellas que no tienen personal y en las que es el propio cliente el que se sirve el combustible. La Asociación Asturiana de Vendedores de Carburantes y Combustibles (Asvecar) calcula que si este tipo de establecimientos acaba popularizándose "podrían destruir un millar de empleos" en el sector. El Principado ya tramitó hace unos meses una normativa para obligar a estos negocios a tener al menos un trabajador atendiendo los surtidores en horario diurno, pero Asvecar quiere ir un paso más allá y que se impulse una legislación mucho más restrictiva. Otro caballo de batalla que tiene la asociación es el del "céntimo sanitario", recargo fiscal que el Principado aplica sobre el litro de combustible y cuya eliminación exigen los empresarios de gasolineras.