Pedro Solbes, ministro socialista de economía entre 2004 y 2009, volvió a ser autocrítico ayer sobre su gestión de la crisis económica, aunque -como en otras comparencias en el pasado y en el libro que publicó en 2013- atribuyó al presidente Rodríguez Zapatero y sus asesores la responsabilidad de algunas de las decisiones más controvertidas del periodo.

Aunque Solbes admitió ayer ante la comisión de investigación parlamentaria sobre la crisis financiera que "no se supo prever la crisis" ni la "profundidad y gravedad" de las dos recesiones profundas que sufrió España y la UE, desmintió la doble afirmación que hizo la víspera el ex ministro del PP Rodrigo Rato, según el cual tanto la colosal "burbuja inmobiliaria" española como la fabulosa deuda externa del país (ambas, de las mayores del mundo) se habían gestado en sólo cuatro años (durante el primer Gobierno de Zapatero) y no a partir de 1998, y sobre todo de 2000, durante la etapa de Aznar y con Rato en Economía, como indican las estadísticas macroeconómicas.

Solbes aseveró que ambos fenómenos procedían de la etapa del PP y que el error de su gestión y del Gobierno de Zapatero fue no haberlos parado a tiempo: "Soy responsable de haber cogido un tren que iba acelerándose, que se me aceleró un poco más y que sólo logramos desacelerarlo algo al final, cuando ya no era posible evitar que descarrilara".

Solbes dijo que sus advertencias sobre el exceso del "boom" inmobiliario "cayeron" -en alusión a Zapatero- "en saco roto", y que "faltó valentía" para aprovechar la etapa de gran crecimiento de 2004-2008 para hacer más reformas económicas (caso de las cajas de ahorros) y para "haber ahorrado más" de lo que se ahorró en los años de crecimiento (2005, 2006 y 2007 fueron los únicos ejercicios con superávit presupuestario en España desde 1965), aunque sobre ello y sobre la "burbuja" alegó que Zapatero gobernaba en minoría y que la demanda social era de más gasto. "Nadie quería que la fiesta terminara". También reprochó que Zapatero, dada su situación de minoría parlamentaria, se apoyó demasiado en los sindicatos.

Solbes expresó su disconformidad con algunas medidas de estímulo fiscal adoptadas por su Gobierno (cheque-bebé, rebaja fiscal del IRPF con la devolución de 400 euros y plan E) y sostuvo que tuvo un alto coste "haber evitado durante dos meses y medio la palabra crisis". Fue en el el periodo previo a las elecciones de marzo de 2008, durante el que el ejecutivo habló de "desaceleración rápida". Esto ocurrió, no obstante, antes de la entrada en recesión y medio año antes de que se produjese la quiebra de Lehman Brtohers, que desencadenó el colapso financiero global en septiembre de 2008. "La crisis no era totalmente evidente" en España y la UE a comienzos de 2008, se justificó. De hecho, el 3 de julio de 2008, el BCE subió tipos de interés en la eurozona, lo que ayer Solbes no mencionó.