La España autonómica es cada vez más desigual en cuestión de tributos. El impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) que pagan los asturianos se mantiene alineado con la media del resto de regiones de régimen fiscal común y la presión del impuesto sobre los herederos se ha reducido fruto de las dos reformas pactadas por PSOE y PP que se aplicaron el pasado año. Sin embargo otras comunidades también han aplicado rebajas y, en muchos casos, más ambiciosas, de forma que en el caso de las herencias medias-altas Asturias destaca como la segunda comunidad donde más se paga, por detrás sólo de Aragón. El pasado año también se aprobaron rebajas en el impuesto de donaciones y en este caso el asturiano ha dejado de ser de los que más pagan.

Estos datos figuran en el estudio "Panorama de la fiscalidad autonómica y foral 2018", publicado por el Registro de Economistas Asesores Fiscales de España (REAF-REGAF) del Consejo General de Economistas (CGE). Fue presentado por el presidente del CGE, Valentín Pich, y el presidente del REAF, el asturiano Jesús Sanmartin. Ambos abogaron por simplificar y armonizar los impuestos, de forma que se establezca un impuesto tipo por parte del Estado y las comunidades autónomas tengan "cierta" potestad normativa.

Sanmartin explicó que el 82% de los ingresos impositivos de las comunidades autónomas procede de los grandes impuestos (IVA, IRPF e Impuestos Especiales), e indicó que, aunque la recaudación en general crece desde el año 2010, todavía no se ha recuperado en el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales (ITP) y Actos Jurídicos Documentados (AJD). Del estudio se concluye que la competencia fiscal entre comunidades da resultados dispares, ya que en IRPF y Patrimonio no hay una tendencia definida al alza o a la baja, en Sucesiones y Donaciones la competencia es "claramente" a la baja tras varios cambios normativos, y en ITP y AJD, al alza.

IRPF. En Asturias no hay cambios en este impuesto desde 2015, aunque otras comunidades sí han introducido modificaciones. Según el estudio, en el caso de las rentas modestas (ejemplos para personas solteras y sin hijos con 16.000 y 20.000 euros de ingresos anuales) la cuota a pagar en Asturias (1.473 y 2.372 euros, respectivamente), es la quinta más alta, entre las quince comunidades de régimen común, igualada con la de Andalucía. La diferencia con Madrid, la región con el IRPF más bajo, es de casi 69 euros anuales en el supuesto de un trabajador que ingresa 20.000 euros. Si se tienen en cuenta rentas mayores, por ejemplo de 45.000 euros, Asturias baja a la décima posición y si se sube hasta los 300.000 euros el Principado aparece en la séptima más cara.

Sucesiones. Asturias aplicó durante el pasado año dos modificaciones en este impuesto para elevar el mínimo exento hasta los 300.000 euros en el caso de los ascendientes, descendientes y cónyuges. Además, fruto de los acuerdos entre PSOE y PP, se aprobaron otras reducciones por adquisición de empresas y explotaciones agrarias. Con esas modificaciones se amplió el número de herederos exentos de tributar (la mayoría de los hijos y cónyuges) y se abarató la factura para otros herederos directos (no para los colaterales como hermanos o primos). Al mismo tiempo otras comunidades aplicaron también importantes rebajas. El caso más llamativo es el de Andalucía, que elevó el mínimo exento hasta el millón de euros. Castilla y León lo subió hasta 400.000 euros y Extremadura y Murcia elevaron la bonificación hasta el 99%. Para comparar, el informe de REAF-REGAF utiliza el ejemplo del soltero de 30 años que hereda bienes de su padre por un valor de 800.000 euros de los que 200.000 corresponden a la vivienda habitual del fallecido. En Asturias pagaría de impuesto de sucesiones 103.135 euros, cifra sólo superada por Aragón,donde tendría que abonar 155.393 euros. En Castilla y León se pagarían 81.018 euros, en la Comunidad Valenciana 63.193 euros, en Castilla-La Mancha 31.759 euros y en el resto de comunidades un mínimo de siete veces menos que en Asturias. Además en Andalucía no pagaría nada. No obstante en el caso de Asturias las rebajas aplicadas el pasado año abarataron el impuesto en 31.250 euros con respecto al año anterior si se toma ese ejemplo de heredero de 800.000 euros.

Donaciones. La principal brecha fiscal que padecía Asturias estaba en este impuesto. Con las reformas introducidas el 1 de enero, que incluyen un cambio de tarifas, el contribuyente que recibe de sus padres una donación de 800.000 euros tendrá que pagar 176.700 euros frente a los 205.920 de hace un año. Con los cambios Asturias pasa de ser la segunda región más cara a la sexta.

Patrimonio. Las subidas en este impuesto que desde 2015 han decidido varias regiones han hecho que Asturias desaparezca de las primeras posiciones en la carga fiscal de un tributo que en el Principado pagan sólo quienes poseen patrimonios netos superiores a 700.000 euros. La región únicamente aparece entre las ocho que más gravan cuando los ejemplos se refieren a los contribuyentes más acaudalados. Así, alguien con un patrimonio de 15 millones de euros tributaría 322.825 euros al año en el Principado y nada en Madrid, que ha convertido la exención completa de este impuesto en factor principal de atracción de fortunas.