El presidente de EE UU, Donald Trump, sigue adelante con su propósito proteccionista y de imposición de aranceles generalizados del 50% al acero y del 10% al aluminio de importación. La dimisión ayer de Gary Cohn, el director del Consejo Económico Nacional y ex presidente de Goldman Sachs (uno de los colaboradores directos de Trump más favorable al librecambio), en desacuerdo con la medida nacionalista, y la decisión de la UE de poner en marcha las represalias anunciadas no han hecho retroceder al republicano Trump. La portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, confirmó que la aprobación de los gravámenes se producirá antes del fin de semana; el Secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, dijo que los aranceles deben entrar en vigor "muy rápidamente" y algunos medios estadounidenses de prensa afirmaron que Trump está presionando para que se formalice hoy mismo.

Existe división también en el Partido Republicano, que es adalid retórico del comercio libre aunque aplicó muchas veces medidas proteccionistas. Paul Ryan, presidente de la Cámara de Representantes y líder de los republicanos, expresó su desacuerdo. La acción de respuesta de la UE se dirigirá contra productos muy simbólicos de EE UU y con fuerte impacto en estados de significación republicana, caso del whiskie bourbon, de Kentucky (por donde es senador el líder de la mayoría republicana en la Cámara Alta, Mitch McConnell), y las motos Harley Davidson, de Wisconsin, el estado del jefe de los congresistas republicanos, Paul Ryan.