Las protestas de los pensionistas en la calle durante las últimas semanas han avivado un debate que parecía aletargado y reservado al Pacto de Toledo, que debía discutir vías para asegurar el sistema en las próximas décadas.

Sin embargo, la reivindicación para que las pensiones vuelvan a revalorizarse con el IPC, una idea secundada por PSOE, Podemos e Izquierda Unida, parece frenar cualquier posibilidad de alcanzar un acuerdo a largo plazo en esta legislatura.

Para entender el alcance del debate, es conveniente revisar el funcionamiento y los números del sistema de Seguridad Social y las pensiones en España.

¿Cómo funciona el sistema de pensiones?

El sistema de pensiones en España es de reparto. Resumiendo, son los trabajadores actuales y los empresarios quienes financian estas prestaciones a través de las cotizaciones sociales. Los empresarios aportan el 23,6% del salario de cada empleado y los trabajadores el 4,7% de ese sueldo. A estas cifras hay que sumar la cuantía por la que cotizan los autónomos.

El Estado hace otra aportación por los beneficiarios de las prestaciones por desempleo contributivas. Y otra cantidad sale de la caja de los impuestos generales, con la que se pagan por ejemplo los complementos a mínimos. Si aun así la caja se queda sin dinero, el sistema debe recurrir al fondo de reserva.

La nómina de las pensiones alcanzó a finales de 2017 los 8.881 millones de euros al año, más de 3.200 millones más que hace 10 años, justo antes del comienzo de la crisis económica. Antes de comenzar 2018, la pensión media alcanzaba los 1.071,01 euros. En 2007 era de 776,52 euros.

¿Cómo se calcula la pensión de jubilación?

En el caso de las pensiones de jubilación, el cálculo de la cuantía cambió con la reforma del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en 2011, que también programó el retraso en la edad de retiro hasta los 67 años. Los trabajadores que hayan cotizado al menos 38 años y seis meses pueden jubilarse a los 65 años. El resto deberán esperar a cumplir los 67, que establece un plazo progresivo de 2013 a 2027 para implementar el cambio. Para calcular el cómputo de la pensión, se tendrán en cuenta 25 años de cotización.

¿Qué introdujo la reforma del PP?

El Gobierno de Mariano Rajoy modificó el cálculo de la revalorización. El nuevo modelo, que entró en vigor en 2014 prescindiendo de la referencia de la evolución de los precios, estableció una bajada máxima del -0,25% y un subida máxima del IPC + el 0,5%. Para este año, el alza ha sido del 0,25%, la subida máxima si el sistema está en déficit, un repunte que en realidad supone una pérdida neta de poder adquisitivo para los pensionistas por el efecto de la inflación.

Además, la reforma introdujo otra variante, llamada factor de sostenibilidad. Según este criterio, el sistema deberá revisar cada cinco años la esperanza de vida con una fórmula que no se ha concretado. El objetivo es rebajar la cuantía de las nuevas pensiones para evitar que el volumen total de las prestaciones desborde la capacidad del sistema actual.

¿Se pueden pagar las pensiones con el sistema actual?

La creciente necesidad de recursos y las perspectivas demográficas hacen inviable el modelo de la Seguridad Social -reflejado en el agotamiento del fondo de reserva-, algo en lo que están de acuerdo todos los partidos. Una solución urgente podría ser la de recurrir a los impuestos, ante la imposibilidad a corto plazo de alcanzar un acuerdo global sobre una reforma del sistema.

Mientras tanto, el Gobierno también afronta ahora la protesta de los pensionistas para que la revalorización se calcule de nuevo con el IPC, la única forma para evitar la pérdida de poder adquisitivo.

¿Qué ocurrirá en los próximos años?

La falta de mayoría claras en el Congreso añade incertidumbre al futuro del sistema de las pensiones. El gasto seguirá creciendo si no se toman medidas, mientras en el lado de las aportaciones la todavía elevada tasa de paro y la mala calidad de muchos empleos no permiten a la Seguridad Social dotarse de los recursos necesarios.

En cualquier caso, garantizar en el futuro el modelo actual de cálculo de las pensiones elevaría el porcentaje del PIB destinada a estas prestaciones, algo que podría tensar una economía aún en fase de recuperación.