Caja Rural de Asturias ganó el año pasado 27,93 millones, el 34,81% más que en el ejercicio anterior. De este beneficio, 25,7 millones fueron resultados ordinarios de la actividad bancaria.

La cooperativa de crédito aumentó los depósitos de clientes el 7,85% (hasta los 3.278 millones) y en el 3,9% los préstamos concedidos, que alcanzaron un volumen de créditos en vigor de 2.184 millones, frente a un retroceso del 2,49% en el sector. Los préstamos nuevos (14.373 operaciones) sumaron 342 millones, de los que 135 millones fueron a empresas. El índice de morosidad de clientes se situó en el 4,09% al cierre del ejercicio, por debajo del nivel de un año antes (5,55%) e inferior a la media del sector (7,8%).

Los recursos de clientes gestionados fuera de balance crecieron el 25,55%, hasta superar los 431 millones. El mayor crecimiento (41,12%) se produjo en fondos de inversión. Los productos de seguro aumentaron el 15,4%.

La entidad amplió sus márgenes bruto (18,59%) y neto (17,3%), y redujo ligeramente (-1,33%) el de intereses y dividendos. La rentabilidad sobre recursos propios creció en 1,5 puntos y se mantuvo (-0,07%) la rentabilidad sobre activos. La ratio de eficiencia (costes sobre ingresos) mejoró en 2,42 puntos.

De los beneficios, la entidad destinará 22,53 millones a reservas; 2,8 millones, a su obra social (el 50% se aplicará a aumentar el patrimonio de la Fundación Caja Rural de Asturias) y 2,6 millones, a retribuir el capital aportado por sus más de 120.000 socios y a bonificar sus costes operativos.

Con esta aplicación de resultados, la cooperativa alcanza unos recursos propios de 391 millones y una solvencia (medida en términos de capital ordinario de máxima calidad) del 20,38%, en niveles elevados en el sector.