La deuda privada española prosiguió en febrero su tendencia declinante, pero los débitos de las familias volvieron a repuntar e interrumpieron su reducción.

Según los datos difundidos ayer por el Banco de España, el endeudamiento privado menguó en febrero en 3.306 millones, aunque aún se mantiene por encima de los 1,58 billones de euros. Esta caída es atribuible al apalancamiento empresarial, que se recortó en el mes en 5.493 millones, hasta los 881.102 millones. Pero la deuda de las familias se incrementó en el mismo periodo en 2.088 millones, hasta los 704.428 millones.

El excesivo endeudamiento privado español durante la etapa de crecimiento entre 1998 y 2008 fue la causa determinante de los rasgos específicos que tuvo en España la crisis internacional de 2008, y más cuando ese elevado apalancamiento se había financiado durante diez años con importación creciente de ahorro exterior.

En 2010, en plena crisis, familias y empresas emprendieron la reducción de su posición deudora. Que las familias la hayan aumentado en febrero está ligado al fuerte tirón de la demanda interna, uno de los factores claves de la recuperación. El repunte del consumo está ligado a la reactivación del crédito, la demanda retenida durante la crisis y la mejora del empleo, pero la devaluación salarial ha operado en contra. El ahorro familiar ha caído al 5,7% de la renta disponible, el menor nivel (con el de 2007) desde que hay datos.