La dirección de Arcelor-Mittal y los representantes de los trabajadores comenzarán a negociar la próxima semana un plan de reorganización del tren de chapa gruesa de Gijón que incluirá inversiones en automatización y ajustes de personal tanto de producción como de mantenimiento. En el encuentro previo celebrado ayer, la dirección advirtió de la situación "crítica" del tren de chapa gruesa, que está registrando pérdidas económicas, que ha perdido competitividad con respecto a otras plantas del grupo y que ahora se enfrenta a un escenario de sobreproducción a raíz de la compra de la italiana Ilva por parte de Arcelor-Mittal.

"Han insistido en que el tren de chapa gruesa es, en estos momentos, la instalación más débil en Asturias y que su continuidad está en riesgo si no hay un acuerdo de reorganización", señaló José Manuel Castro, secretario general de la sección sindical intercentros de CC OO en Arcelor-Mittal, que añadió que "si cae" el tren de chapa gruesa -uno de los tres talleres acabadores de Gijón junto a los de rail y alambrón- podrían verse afectadas otras instalaciones asturianas. "La acería de Veriña también podría peligrar y quizá ya no se necesitarían los dos altos hornos... Somos una fábrica multiproducto, un especie de tela de araña en la que si se descose una parte se puede venir todo abajo", añadió Castro. "La situación es preocupante con el problema añadido de Ilva, pero la reorganización debe abordarse sin salidas traumáticas", señaló José Manuel García, secretario general de UGT-FICA en Arcelor-Mittal Gijón.

En ese último punto coinciden todos los sindicatos. La compañía señala que hay que mejorar la competitividad y ello pasa por avanzar en la automatización de procesos con inversiones y en reducir costes fijos en producción y también en mantenimiento, lo que equivale a ajustes en la plantilla del taller y de las empresas auxiliares.

Ayer también se celebró otra reunión para abordar mejoras en el área de Fluidos. La compañía invertirá más de 500.000 euros en mejoras ambientales y en la automatización de la depuradora de Veriña, lo que supondrá la amortización de cuatro puestos de trabajo que no se traducirán en despidos puesto que se vincularán a contratos relevo. Es la vía que los sindicatos defenderán también para los ajustes del tren de chapa gruesa que se empezarán a negociar el martes.