Los precios desorbitados que se piden por los alquileres no son el único gran obstáculo al que se enfrenta cualquier persona a la hora de encontrar vivienda. Ahora también es un impedimento el hecho de tener hijos.

Este es el requisito con el que cada vez se topan más trabajadores, como Diego Jesús Parra, un electricista que encontró en Ibiza el lugar donde ganarse un sustento, en su caso desde hace 18 años. Este mes acaba el contrato del piso de Cala de Bou en el que vive con su familia, que no va a poder renovar «porque la inmobiliaria ha vendido la propiedad».

«Llevo buscando una casa desde enero, cada día, y resulta que no puedo alquilar ninguna porque tengo hijos», explica indignado desde Palma de Mallorca. Parra encontró una vivienda de una sola habitación que podía permitirse para establecerse con su mujer y dos hijos menores, entre el campo de fútbol del Portmany y la estación de autobuses de Sant Antoni, por 800 euros mensuales. «Llegamos a un acuerdo, pero cuando el propietario me vio con mi hija pequeña [de siete años y una minusvalía del 65%], me dijo que no me alquilaba porque el resto de pisos los alquilaba a turistas, además ilegalmente, y decía que nos íbamos a quejar».

Las ofertas que ha encontrado en las que no vetan a personas con hijos se elevan «a 1.200 o 1.800 euros mensuales y 4.000 por avanzado», una cifra que no puede permitirse. La empresa con la que trabaja tiene la central en Mallorca y ahora trata de establecerse y reunificarse con su familia, pero también se ha encontrado con que este problema no es exclusivo de Ibiza.

«En Palma te piden aval bancario y contrato fijo para alquilar», lamenta, de manera que se teme que no tenga más remedio que volver a la localidad sevillana, «donde no hay nada». También confía en que pueda salir adelante una oferta para el servicio técnico de un hotel de Platja d'en Bossa, en el que le ofrecen vivienda hasta el 7 de noviembre. Pero después, ya sabe que volverá esta situación de inestabilidad.

Muchas más familias pasan por el mismo calvario que Diego Jesús Parra a la hora de rastrear ofertas de alquileres. «Cuando llegamos a esta vivienda pedían 'abstenerse parejas con hijos', pero no le dimos importancia en ese momento», explica M., una profesional de los servicios asistenciales que prefiere mantener el anonimato para evitar problemas mientras busca otro piso, ya que ahora se encuentra embarazada de tres meses.

M. y su pareja ya tenían previsto abandonar su casa cuando venza el contrato en noviembre, ya que la mensualidad es de 950 euros mensuales y prefieren una opción más barata de cara a su paternidad. «Pero me encuentro que, en la mayoría de ofertas que te puedes permitir, vetan a la gente con hijos», lamenta. «Es una barbaridad insostenible, o eres ricachona o a ver qué haces». «También nos planteamos comprar una vivienda, pero es que, con el precios de los alquileres, tampoco puedes ahorrar», se resigna.

¿Es legal?

«El problema es que un propietario no tiene la obligación de arrendar una vivienda», aclara el abogado Sergio Carrasco, quien ya se ha topado con varias quejas por estos casos como colaborador de la plataforma de afectados por los alquileres. Otra cosa es explicitar en anuncios que se veta a personas con hijos, unos requisitos que «como mínimo, bordean la legalidad, porque se crea una discriminación no justificada por razones personales del propietario y podría considerarse una cláusula nula si se recoge en el contrato», matiza Carrasco.

Claro que, en la mayoría de los casos, estas condiciones se avanzan verbalmente sin que se recojan en un contrato. «Es muy complicado comprobar después que el arrendador veta a la gente con hijos, sino que puede esgrimir 'no me dais buenas vibraciones', ya que la ley no obliga a nadie a alquilar su propiedad», recuerda el abogado.