La multinacional energética francesa Engie (que hasta hace tres años se denominó GDF Suez) está analizando la posibilidad de lanzar una propuesta de compra sobre la portuguesa EDP, dueña en Asturias de la antigua Hidroeléctrica del Cantábrico (la actual EDP España), según avanzó ayer un medio francés especializado en información empresarial. EDP, que fue requerida por el regulador de la Bolsa de Lisboa para que aclarase la situación, explicó de forma escueta que no ha mantenido "contactos" ni "negociaciones" con Engie para una operación de concentración. Sin embargo, Engie, uno de los gigantes mundiales del sector, no hizo comentarios en Francia sobre la información, por lo que el interés de la compañía sobre EDP y la posibilidad de formular una OPA (oferta pública de adquisición) no fue desmentido. Las acciones de EDP remontaron en la Bolsa el 8% tras trascender la noticia, aunque luego atenuó su revalorización y cerró la sesión con un alza del 3,66%. Engie bajó el 0,92%.

BFM Business, el mayor canal francés de noticias económicas en radio y televisión, informó que el estudio de una eventual propuesta de adquisición sobre EDP es una tarea que ha estado realizando el departamento financiero de Engie y que su directora general, Isabelle Kocher, se lo habría hecho saber al presidente ejecutivo de EDP, Antonio Mexia, quien fue reelegido el viernes para otro mandato de tres años.

Engie está inmersa en una nueva estrategia de adquisiciones, según dijo hace un mes, tras varios años de desinversión en diversos negocios, pero la decisión definitiva para la formalización o no de una propuesta en firme sobre la multinacional portuguesa ha sido pospuesta hasta que en mayo tome posesión el nuevo presidente de la multinacional gala, Jean-Pierre Clamadieu. El interés de esta compañía por EDP viene de años atrás, dado que ya consideró esta opción en 2007 y en 2013. Engie realizó su última compra hace siete años, cuando en 2011 adquirió International Power.

El interés por EDP no es una cuestión exclusiva de la poderosa Engie. Según el mismo medio francés de noticias, la italiana de capital público Enel (dueña de Endesa, una de las dos mayores eléctricas españolas) también está interesada en la compañía lusa. Y en España, Gas Natural Fenosa (la tercera eléctrica nacional) realizó un acercamiento a la multinacional lisboeta el pasado verano para plantear una fusión. Los contactos para sondear la receptividad portuguesa se produjeron a fines de junio y se retomaron en septiembre, sin que desde entonces haya habido constancia de nuevos acercamientos.

Engie, segunda gran eléctrica francesa (tras EDF), está presente en 70 países de Europa, América, Asia, África y Oceanía con negocios de electricidad y gas, eficiencia energética y tecnologías digitales, y tiene un fuerte interés por las energía renovables, en las que EDP es uno de los mayores operadores mundiales a través de su filial EDP Renovaveis, con sede en Oviedo. Con origen franco-belga, Engie tiene 180 años de historia y es el resultado de la integración de las compañías Société Générale de Bélgica, la Compañía Universal del Canal Marítimo de Suez, la Compañía Lyonnaise de Aguas e Iluminación, Gaz de France e International Power.

En España, Engie tiene 2.100 empleados, 15 delegaciones (una de ellas, en Asturias, con sede en Lugones), más de 2.500 clientes y una generación propia de electricidad de 2 gigavatios. Cotizada en Bolsa, Engie aún tiene el 24% de su capital en poder del Estado francés tras las estatalizaciones que se hicieron en el país en 1946, al término de la II Guerra Mundial.

EDP (Energías de Portugal) fue un monopolio estatal. Desde su privatización en 2011, la compañía estatal china CTG tiene el 23,3%. Una alianza del grupo asturiano Masaveu y Liberbank controla el 7,2%.