Una representación de los trabajadores de la central de Lada protagonizó ayer una protesta ante el Palacio Euskalduna, donde Iberdrola celebró la junta anual de accionistas. El grupo compartió escenario con los trabajadores de Inecosa, una ingeniería vasca perteneciente a Iberdrola y que la compañía pretende vender. Los trabajadores de la térmica expresaron su queja con una pancarta y haciendo sonar pitos y bocinas. "Iberdrola tomado la decisión sin explorar ninguna alternativa que permita el mantenimiento de la actividad y el empleo", comentó Julio César Areces, representante del SOMA. En la foto, un momento de las protestas.

Iberdrola cerró el pasado ejercicio 2017 con un impacto económico de 108 millones de euros en la región donde, además, realizó compras por valor de 87 millones a cerca de 200 empresas e invirtió alrededor de 4 millones de euros, según datos aportados por la propia compañía.

son cifras a las que el grupo añade el impacto fiscal que ha tenido en la comunidad autónoma, superando los 7 millones. Asimismo, Iberdrola ha asegurado que los salarios y otras retribuciones han alcanzado la cifra de 10 millones y la plantilla ya asciende a cerca de 110 personas.

"Iberdrola está al servicio de la sociedad, del interés general y de las necesidades reales de las personas y, en este sentido, maximiza su contribución económica y social en las comunidades en las que está presente a través, entre otras cosas, de las compras a sus proveedores", afirmó Ignacio Galán, consejero delegado de la energética.