El secretario general de UGT, el asturiano José María Álvarez, defendió a capa y espada ayer la solución promovida desde la dirección del sindicato para que el SOMA y la nueva Federación de Industria FICA sigan, de momento, sus caminos por separado. "Forzar una negociación en la que ninguna de las dos partes estuviera convencida, seguramente nos hubiera obligado a dedicarnos a solventar roces durante los próximos meses", señalo el sindicalista instantes después de presidir una asamblea de los delegados de FICA en Asturias en la que les detalló su propuesta. Todos los intentos por llegar a un acuerdo de fusión acabaron por fracasar y con la histórica central minera a un paso de volar por libre. En la reunión de ayer, celebrada en el salón de actos de UGT de Oviedo, hubo algún que otro reproche por parte de los delegados a la forma en que se llevaron las negociaciones y varias intervenciones críticas con el SOMA, según los presentes.

Álvarez estuvo respaldado en la asamblea, que congregó a unos ochenta delegados, por el líder nacional de la Federación de Industria y Construcción (FICA), Pedro Hojas, y el de Asturias, Jenaro Martínez. "Siempre he dicho que todo era posible, menos negociar la salida del SOMA de la UGT", señaló. Y reconoció que la solución por la que finalmente se optó, la de que cada uno siguiera por libre, pero bajo el paraguas del sindicato, era una de las opciones que se habían barajado desde un principio. "No había consenso, era una unificación de organizaciones con mucha personalidad y pensamos que cerrar este capítulo con dos federaciones era la mejor opción para los trabajadores", resaltó Álvarez.

A la reunión con los dirigentes sólo estaban llamados los delegados que participaron en el congreso constituyente de FICA en Asturias, lo que suscitó críticas por parte de un sector ligado al metal que reclamaba que fuera una asamblea abierta a todos los afiliados. "Lo razonable después de esta decisión era aprovechar que estaba por Asturias para verme con un grupo de la federación para explicar cómo habíamos llegado a esta resolución", apuntó el sindicalista.

Álvarez destacó que la perspectiva es que ambas organizaciones acaben fusionándose en el futuro, aunque no hay fecha. Con calma. Álvarez justificó que "no se han querido plazos. Ahora tendremos un tiempo un poco más difícil porque ha habido tensión. Pero tanto los afiliados del SOMA como los del FICA tienen que relacionarse y trabajar codo con codo y eso es lo que va a posibilitar que a partir del entendimiento se pueda culminar el proceso". Defendió que la resolución impulsada por la dirección nacional ha conseguido calmar las aguas. La propuesta, aseguró, "es muy equilibrada, y tiene el objetivo de que el proceso sea tranquilo para que acabe teniendo éxito. La gente no esperaba que esto finalizara así, ahora lo que hay que hacer es tirar adelante por el sindicato y hablar de los problemas de la calle".

También aseguró que en este fallido proceso de fusión no ha habido ni ganadores ni vencidos y destacó que mantiene una fluida relación tanto con Jenaro Martínez como con el líder del SOMA, José Luis Alperi. "Éste es un caso en el que hay una personalidad muy fuerte en las dos organizaciones; tomarnos un respiro es lo prudente, lo demás supondría no llegar a buen puerto", sostuvo.