Emilio Ontiveros, catedrático de Economía de la Universidad Autónoma de Madrid y fundador de Analistas Financieros Internacionales (AFI), presume de ser uno de los primeros españoles que compraron en Amazon. Fue un libro sobre economía. Desde ese día recibe con frecuencia recomendaciones "que son muy pertinentes con mis gustos" y reconoce que, a partir de ahí, empezó a darse cuenta del poder de los datos, del "big data". El análisis de toda esa información será la base para muchos negocios del futuro, que ya comienzan a poner esos cimientos. Ontiveros presentó ayer en Gijón el libro "Economía de los datos. Riqueza 4.0", que está editado por la Fundación Telefónica. "Los datos serán el combustible con el que las empresas podrán competir de forma más eficiente", dijo Ontiveros, coordinador de esta publicación.

El empleo. No obstante, ese manejo de los datos puede tener consecuencias desagradables. "Una de las cosas que más me preocupan es la repercusión que todo esto tenga sobre el empleo", señaló Ontiveros, que apuntó que "detrás de toda innovación hay un proceso de destrucción, pero también de creación de empleo. A la obsolescencia de algunas ocupaciones les suceden otras nuevas. Pero aquí el ritmo de destrucción no está siendo acompasado con el de creación". Y eso que, según pusieron de manifiesto algunos ponentes en la jornada, como el director del Clúster TIC de Asturias (la asociación que engloba a las compañías tecnológicas), Enrique Jáimez; el director de la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón, Juan Carlos Campo, y el director de la Cátedra de Inteligencia Analítica, Santos González, hay algunos puestos ligados con el análisis de datos que quedan sin cubrir porque no hay profesionales con la formación adecuada. "Hay tareas enteras, incluidas algunas de alto valor añadido, que pueden quedar tocadas de todo esto como puede ser la contabilidad", sostiene Ontiveros.

El sector financiero. Un espejo de todos estos cambios está siendo el sector financiero, que es el que más fuerte ha abrazado al "big data". "Asumió las bondades de estas tecnologías para mejorar la eficiencia y para sustituir factor de trabajo (reducir plantilla)", aseguró el economista.

El fin del dinero. Pero a ojos del economista todo esto traerá cosas positivas. Una de ellas puede ser la desaparición del dinero físico, de los billetes y las monedas. "Estorba, es sucio, oculta el cumplimiento de las obligaciones fiscales. En las economías más avanzadas el dinero en efectivo ya está desapareciendo", afirmó. Aunque es más escéptico con el futuro de las criptomonedas, como el bitcoin. "Lo válido de lo que ha emergido es su tecnología (el 'blockchain') que permitirá hacer transacciones más baratas".

El "caso Facebook". En las intervenciones de los alumnos que participaron en la presentación se habló de inquietud por cómo algunas empresas pueden usar los datos que van almacenando en sus servidores. Especialmente, después del "caso Facebook", en el que la compañía tecnológica cedió información sensible de sus usuarios a una empresa (Cambridge Analytics) que luego tuvo una influencia decisiva en la elección de Donald Trump como presidente de EE UU. "Es un riesgo", reconoció Ontiveros. Y añadió: "Esto puede provocar que la gente salga de las redes sociales, que las engañe, que las esquive o que adopten comportamientos que resulten equívocos y que generen cierta perversión".

El futuro del análisis de datos. El economista sostiene que esta economía basada en recolectar, guardar y analizar toda clase de información camina hacia una "sofisticación creciente". "Vamos hacia conocer cómo van a ser las reacciones de los individuos, de una Administración pública e incluso de una cosa, como un frigorífico, y a reducir la incertidumbre, la información parcial", agregó.

La necesaria regulación. El avance de la tecnología avanza a una velocidad mayor de lo que lo hacen las leyes, defiende Ontiveros. "Ahora Europa está a punto de dar un impulso a una ley para la protección de los datos, pero el problema será conseguir el equilibrio entre esa protección, con esa privacidad mínima, y cercenar las virtudes que tiene el manejo de los datos", apuntó.