La Comisión Europea (CE) autorizó ayer a Arcelor-Mittal a adquirir la siderúrgica italiana Ilva. La operación está condicionada a un plan de desinversiones en activos que no afectará a las plantas de Arcelor en Asturias. No obstante, la formación del nuevo conglomerado siderúrgico elevará las exigencias de competitividad de los talleres de Avilés y Gijón, ya que la planta siderúrgica de Tarento, la mayor del continente, también está enfocada al mercado del Sur de Europa y fabrica productos planos como los que salen de las fábricas asturianas -bovina laminada en caliente, galvanizado y chapa gruesa-, pero con mayor capacidad.

El visto bueno a la compra de Ilva llega, además, cuando la supervivencia del tren de chapa gruesa de Gijón, que lleva cinco trimestres acumulando pérdidas, está en peligro y la compañía busca un acuerdo con los sindicatos para poner en marcha un plan de competitividad que incluiría inversiones y recortes de plantilla. Este taller podría ser el primero en sufrir la presión que supondrá la entrada de Ilva en Arcelor.

Lo que ya es definitivo es que las plantas asturianas se libran del plan de desinversión que acompaña al visto bueno que ha dado la Comisión Europea a Arcelor-Mittal para adquirir la siderúrgica italiana. La CE acepta la propuesta de la multinacional, que propuso "sacrificar" -para no tener una posición dominante en los mercados del acero laminado en caliente y en frío, y en el del galvanizado- sus plantas de Ostrava (República Checa), Galati (Rumanía), Piombino (Italia), Skopje (Macedonia) y Dudelange (Luxemburgo), y varias líneas en Lieja (Bélgica). Pero además, Arcelor tendrá que prescindir de su socio en la operación. Deberá retirar a la italiana Marcegaglia, competidora de Ilva, del consorcio AM Investco que efectuará la compra y no adquirir acciones de Marcegaglia en el marco de la operación para evitar que se reduzca la competencia al reforzarse los "lazos estructurales" entre las tres.

"La decisión de hoy garantiza que la adquisición de Ilva por Arcelor-Mittal, que creará el mayor productor de acero de Europa con diferencia, no tendrá como consecuencia un aumento de los precios del acero", señaló la comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager. Por su parte, Arcelor-Mittal afirmó que "la aprobación por la CE es un hito significativo en la transacción para adquirir Ilva y representa un paso adelante para cerrar el acuerdo, lo que ahora se espera que ocurra tan pronto como sea posible".

Para llevar a cabo la compra, Arcelor-Mittal deberá poner en marcha el plan de venta de las plantas que debe ceder a uno o varios interesados. La CE evaluará después si los compradores propuestos tienen la capacidad (experiencia, recursos financieros...) para seguir operando estas plantas de forma que puedan reemplazar a Ilva como competidor del grupo resultante de la fusión "de forma duradera".