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Capsa planea fabricar en otros países para reforzar su internacionalización

La filial de Central Lechera Asturiana quiere ser un operador global y no sólo exportador de lácteos desde España

Capsa planea fabricar en otros países para reforzar su internacionalización

La compañía láctea Capsa Food, filial industrial de Central Lechera Asturiana, prepara un salto cualitativo en su expansión internacional para ser fabricante en algunos países y no sólo exportador desde España.

El grupo asturiano, que empezó a comercializar sus productos lácteos de forma regular hace cinco años, está en la fase de selección de países y en la definición del modelo de estrategia multinacional que pretende llevar a cabo. La pretensión inicial pasa por la compra de alguna sociedad para operar de forma local en algunos mercados. Aunque ya se ha identificado alguna opción, la ejecución del proyecto aún podría demorarse, por más que la decisión de actuar como operador global es firme.

En la actualidad, Capsa comercializa sus productos con marcas propias en 40 países, aunque las ventas van más lentas de las inicialmente consideradas, según admitió meses atrás la dirección del grupo, en parte por la cautela y gradualidad en el acceso a mercados en los que la compañía no tiene experiencia.

En los últimos ejercicios, las ventas en el extranjero representaron el 10% del total (90 millones de litros sobre un volumen de 900 millones) y la pretensión del grupo era llegar en 2019 al 25% ó 30%.

La nueva estrategia para fortalecer la implantación del grupo en el mercado internacional pasa por dotarse no sólo de estructuras comerciales, sino también industriales y de recogida de materia prima como pretensión final.

El modelo que parece más probable para implantar las estructuras fabriles en el exterior consiste en establecer alianzas con empresarios locales. Los continentes asiático y americano son los territorios en los que Capsa detecta las mayores oportunidades para fabricar en el exterior, aunque comercialmente también está siendo muy activo en África.

Para desplegar el plan, el grupo prevé recurrir tanto a recursos propios (en torno a 50 millones) como a crédito bancario, aprovechando los bajos tipos de interés y la situación solvente del grupo.

La salida al exterior -con antecedentes como la fracasada experiencia en Cuba entre 1999 y 2005- empezó a ser considerada en Capsa en 2010, en el tercer año de la crisis económica internacional, y se abordó tres ejercicios después.

La doble recesión no fue la única causa. En los países avanzados, como España, se están produciendo cambios en los hábitos de consumo que han reducido la ingesta por habitante de productos lácteos y sobre todo de leche líquida. A ello se suma algunas guerras de precios. Estos factores explican que Capsa haya reducido sus ventas anuales de 737,5 millones de euros en 2011 a 645 millones en 2016 (último dato difundido) pese a que desde entonces ha reforzado su liderazgo en el mercado español con ganancias de cuota de mercado. 2017 podría ser el primer ejercicio de repunte de la facturación. Pese los menores ingresos, el grupo pasó de las pérdidas en 2012 a ganar 13,6 millones en 2016.

Capsa tiene ahora siete centros de producción: dos en Asturias, dos en Galicia y el resto, en Madrid, Cataluña y Baleares.

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