Iberdrola ha puesto en venta las centrales térmicas de gas natural (ciclos combinados) que posee en Reino Unido. Y ese movimiento ha llevado al Gobierno asturiano a resaltar cómo la eléctrica presidida por Ignacio Sánchez Galán está siguiendo estrategias radicalmente diferentes en las islas británicas y en España: "Es sorprendente que Iberdrola venda sus ciclos combinados allí, mientras aquí no ha dado más opción que la de cerrar las dos centrales mineras de Lada y Velilla del Río Carrión", dijo ayer el presidente del Principado, Javier Fernández.

A preguntas de este diario, el jefe del Ejecutivo asturiano remarcó que, en noviembre del pasado año, el ministro de Energía, Álvaro Nadal, y los presidentes regionales de Asturias y Castilla y León mantuvieron un encuentro con Sánchez Galán en el que le instaron a poner en venta las dos últimas térmicas de carbón de Iberdrola en lugar de achatarrarlas sin más como había anunciado días antes. El directivo se plantó en el cierre y el Ministerio impulsó la elaboración de una norma que permita a la Administración decidir en último término sobre la continuidad de las centrales eléctricas, forzando la alternativa de una venta mediante subasta si se considera que el cierre puede encarecer el precio de la luz. Esa regulación, que ya se tramita como ley en el Congreso, está pensanda para todas las instalaciones de generación y en particular para las centrales de carbón y las nucleares. Ambas tecnologías cubren de manera conjunta por encima del 35% de la demanda eléctrica nacional.

Javier Fernández no entró a enjuiciar los intereses que mueven a Iberdrola a actuar de distinto modo en España y en Reino Unido. "No sé por qué lo hace, pero lo normal sería que si allí se vende, aquí se pudiera hacer lo mismo", se limitó a decir. La posible venta de los 2.000 megavatios de ciclos combinados que Iberdrola tiene en territorio británico forma parte de las desinversiones que planea la eléctrica de raíz vasca para hacer caja en el período 2018-2022.

En España, un cierre acelerado de las térmicas carboneras favorecería a las de gas, que ganarían cuota en el mercado de generación. Iberdrola posee 5.695 megavatios en ciclos combinados en territorio nacional que ahora tienen un funcionamiento muy limitado y que aumentarían sus ingresos y su valor con el final del uso eléctrico del carbón.