Diecinueve compañías asturianas vinculadas al metal protagonizan uno de los más ambiciosos proyectos de cooperación empresarial desarrollados en la región, uniendo fuerzas para competir en los mercados globales por contratos relacionados con las energías renovables y las plantas pretroquímicas. Es el nacimiento de la "Fábrica Asturias", expresión utilizada por dirigentes del sector y que retrata el intento de una parte relevante de la industria regional de presentarse en el exterior como un todo que dispone de gran experiencia internacional, modernas infraestructuras y miles de trabajadores altamente especializados.

La idea de la "Fábrica Asturias" tiene su origen en la patronal Femetal y ha sido desarrollada en la agrupación de empresas ("cluster") Metalindustry4, formada en buena parte por empresas de tamaño mediano cuyo propósito es compartir soluciones a desafíos como la innovación tecnológica, la formación y la expansión exterior de la industria metalmecánica. "Se trata de sacar partido de nuestra posición en las cadenas globales de valor", resume José Ramón Natal, director de innovación de Femetal y gerente de Metalindustry4.

El concepto de "cadenas globales de valor" hace referencia la forma en que están organizados los negocios de alcance multinacional, donde empresas y territorios tienden a especializarse en los distintos eslabones del proceso productivo (ingeniería, marketing, primera transformación de materias primas, fabricación, montaje, mantenimiento...), de forma que se obtiene mayor valor añadido cuanto más sólida sea la posición dentro de esa cadena y en particular si se es capaz de controlar las partes más valiosas. Un estudio previo ha determinado que, actuando de forma cooperativa, la industria asturiana dispone de capacidades para hacer ofertas integrales ("soluciones llave en mano", en la jerga ingenieril) sobre todo en dos actividades donde se vislumbran magnos procesos de inversión a escala mundial: la instalación de plantas de energías renovables y los proyectos ligados al sector petroquímico. El primer paso ya está dado en ambos casos con la elaboración de sendos catálogos para promocionar, ante potenciales clientes y gobiernos, las capacidades de esta nueva alianza de la industria asturiana.

Plantas renovables. Catorce compañías se han sumado al proyecto referido al sector de las energías renovables. "Metalindustry4 concentra en un radio de 30 kilómetros un conjunto de empresas altamente especializadas en la cadena de valor de energías renovables, con acceso a dos puertos internacionales (El Musel y Avilés) y dotadas de los recursos humanos más cualificados", se lee en la documentación que ha comenzado a ser divulgada en ferias y contactos comerciales. Aparecen en este primer catálogo Asturfeito, Dinamet Ingeniería, Daorje, Hierros Marcelino Franco, Navec, SEM, Solar Steel, Indasa, Isastur, Iturcemi, Oxiplant, TSK, Tuinsa y Windar. Se añade que este conjunto de empresas posee 220.000 metros cuadrados en instalaciones, más de 900 ingenieros y por encima de 6.000 operarios. El documento enfatiza la experiencia de esas compañías en proyectos situados en cuatro continentes y su capacidad de cubrir todos los servicios y etapas fabriles -en algunos casos, con la colaboración de tecnólogos externos- en la instalación de parques eólicos terrestres y marinos, plantas fotovoltaicas y termosolares, así como instalaciones de biomasa y geotermia.

El proceso de "descarbonización" de la economía, con multimillonarias inversiones a la vista para la sustitución del uso de combustibles fósiles por energías verdes, es el campo de juego en que esta versión de la "Fábrica Asturias" aspira a competir. ¿Cómo? Según las explicaciones de José Ramón Natal, presumiblemente este año se concretarán las primeras ofertas conjuntas de empresas incluidas en el catálogo. El número de compañías implicadas en cada proyecto variará según las necesidades y conducirá, cuando se produzcan adjudicaciones, a la creación de uniones temporales de empresas (UTE) o consorcios para organizar el trabajo y repartir riesgos y beneficios.

Petroquímica. La filosofía es la misma en el caso del grupo de empresas que se promociona así: "Nuestras referencias se basa en una experiencia contrastada en el desarrollo de más de 600 proyectos en el sector petroquímico, localizados en más de 80 países, con clientes como BP, Enap, Petronor, Repsol, Medgaz, Dow Chemical, Disa, Foster Wheelewr, Cepsa...". El propósito es ofertar en bloque trabajos de ingeniería, fundición y mecanizado, calderería, montaje y puesta en servicio... Esta plataforma la integran nueve compañías que también participan en la de energías renovables (Asturfeito, Dinamet, Hierros Marcelino Franco, Navec, SEM, Isastur, Iturcemi, Oxiplant y Tuinsa) y por cinco más (Fundyser, Imetal, Mecsa, Mefasa y Metálicas Somonte). Los datos básicos del conjunto son estos: 130.000 metros cuadrados de instalaciones ubicadas en el área central de Asturias, unos 400 ingenieros y más de 2.000 operarios. Como en el caso de las firmas especializadas en energías verdes, la presentación comercial de este grupo aparece reforzada con la implicación de otras empresas y centros dedicados a la logística (Cogitrans, Grupo Roxu...), la innovación (CTIC, Prodintec...) y las nuevas tecnologías (Asac, Seresco, Izertis o Intermark).

El impulso a la cooperación empresarial que ahora promueve la industria metalmecánica se inspira en las experiencias del País Vasco, referencia española en ese campo, y también en el caso asturiano de Idesa, compañía de bienes de equipo ahora integrada en el Grupo Daniel Alonso y que hace una década promovió un gran consorcio con decenas de pymes. Entonces, como ahora, el reducido tamaño de las empresas asturianas representaba uno de los principales obstáculos para innovar y competir en el mercado global.