"Pretenden dividirnos y enfrentar a unos pensionistas con otros y con lo trabajadores". La frase la pronunció a grito pelado Aida Fuente Cachero, lavianesa y jubilada, y visiblemente enfadad con el Gobierno. Lo hizo delante de miles de pensionistas y sindicalistas que encadenados cogidos de la mano rodearon la sede del Banco de España de Oviedo. "Quieren que tengamos miedo, y crear desconfianza entre los ciudadanos, enfrentarlos y abocarlos a suscribir un seguro privado de pensiones", leyó del manifiesto que firmaban los sindicatos UGT, CC OO y la Federación de Mayores del Principado.

Con la cadena humana los pensionistas trataron de dar una imagen de unidad y de ir todos a una que, protestaron, algunos partidos políticos tratan de distorsionar.

Minutos antes los representantes sindicales y de la citada asociación habían entregado un escrito en la sede del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INS) e hicieron un intento con el nuevo delegado del Gobierno, Mariano Marín, pero el popular rechazó el recibirles.

Las centrales advirtieron de que las movilizaciones van a ir subiendo de tono en las próximas semanas e, incluso, no descartan promover una huelga general para conseguir sus objetivos. Entre los que se encuentran derogar la reforma de las pensiones de 2013 y ligar estas pagas a la subida de la inflación.

Las razones para la movilización eran similares. "Tengo una pensión muy pequeña y no hay derecho, el mes que tengo que pagar el agua, la luz y el gas me quedan cincuenta euros para comer", señala Amalia Suárez, de Riaño.

"Si nosotros lo tenemos mal, los jóvenes que vienen detrás lo tienen aún peor", reconoce Juan Álvarez prejubilado de Oviedo y que no dudo en salir a la calle a manifestarse.

En solidaridad también reconocía que se manifestaba el avilesino Ladislao Estefanía, también prejubilado, que estaba convencido de que la presión que estos meses los pensionistas están ejerciendo en las calles acabará por surtir efecto.

Los sindicatos, por su parte, se mostraron partidarios de que la movilización vaya creciendo. Así lo señaló, por ejemplo, Manuel Francisco Menéndez, secretario general de la Unión de Pensionistas de UGT de Asturias. "No nos queda más remedio que estar en la calle y mi organización ha pedido ya que se tomen medidas más contundentes", resaltó. A mayores, el secretario general de UGT en Asturias, Javier Fernández Lanero, señaló que el "PP no quiere un sistema público de pensiones" ya que su intención es impulsar planes privados.

En la misma línea, el líder de CC OO, José Manuel Zapico, puso el acento en que las últimas reformas sobre las pensiones son meros parches. "Nosotros lo que reclamamos son soluciones a futuro. En este país hay riqueza suficiente y el sistema no tiene un problema gastos, lo tiene de ingresos", resaltó.

Mientras que la presidenta de la Fampa, Dolores Sanmartín, apuntó que "para garantizar las pensiones hay que blindarlas en la Constitución".