La rebaja del impuesto de sucesiones que está en vigor desde junio de 2017 en Asturias permite que queden exonerados de tributar patrimonios de elevada cuantía. Un ejemplo que se expuso esta semana en un foro jurídico de Oviedo: con una sencilla "planificación" fiscal, los dos hijos y el cónyuge de un fallecido que deja en herencia bienes por valor de 1,2 millones de euros no pagan Sucesiones.
El caso lo explicó Begoña González, experta en derecho mercantil del despacho Vaciero, durante un acto en el que se analizaron las particularidades del impuesto en Asturias: fallece uno de los cónyuges de una pareja, con dos hijos y un patrimonio de 1,2 millones; la condición previa necesaria es que el matrimonio lo haya sido en régimen de gananciales; al liquidarse la sociedad de gananciales, el viudo o la viuda se quedan con 600.000 euros como propios, de forma que la masa hereditaria queda reducida a 600.000; si los dos hijos se reparten los 600.000 euros restantes, no tributarán porque les corresponde a cada uno de ellos la reducción de 300.000 euros de la base imponible de Sucesiones. Cuando en el futuro fallezca el cónyuge, los hijos de nuevo estarán exonerados de pagar si el patrimonio transmitido se mantiene en 600.000 euros.
"Si el caudal hereditario es superior, se puede utilizar la solución de incluir en la herencia a nuestros nietos, quienes también se verán beneficiados por al reducción de los 300.000 euros", comentó Begoña González, y enfatizó que esa es una práctica frecuente en Asturias en las "planificaciones fiscales" que se realizan para aligerar la factura del impuesto asturiano sobre las herencias.
Ana Espiniella, fiscalista de Vaciero, expuso que, también desde junio de 2017, están en vigor en Asturias cambios relevantes en el impuesto de sucesiones cuando se transmiten empresas de propiedad familiar, como una reducción del 95% para herederos sin grado de parentesco con la persona fallecida y que hayan participado profesionalmente en la gestión y dirección de la compañía.
