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Asturias, región "privilegiada" para aprovechar la transición a las energías renovables

Expertos destacan que el Principado tiene recursos, empresas y personal cualificado para ser referente en el sector

Planta solar instalada por TSK en California.

Juan Vázquez, catedrático de Economía Aplicada y ex rector de la Universidad de Oviedo, suele afirmar que en Asturias hay tendencia "a fijarse más en lo declinante que en lo emergente" y eso es patente en el debate energético. Ante la aceleración que pretende dar el nuevo Gobierno de Pedro Sánchez al proceso de descarbonización de la economía, la mayoría de los ojos en el Principado se han puesto sobre el fin de la minería y el cierre de las centrales térmicas de carbón. Pocos han visto en ese proceso una oportunidad para el desarrollo de las renovables en la región.

Entre esos últimos se encuentra la Asociación nacional de productores de energía fotovoltaica (Ampier), que precisamente esta tarde organiza en el recinto ferial de Gijón (18.00 horas) la jornada "Transición energética: una gran oportunidad para el Principado de Asturias", con la que se pretende destacar que si la región ha sido y sigue siendo un referente en la extracción de carbón y en la generación de energía con él, antes de que la curva de producción caiga el Principado también debe de ser un referente en renovables porque Asturias es "una tierra privilegiada" para aportar ese tipo de energía. "Asturias es rica en agua, viento, biomasa y sol; es privilegiada en empresarios innovadores; tiene una mano de obra técnica superior a la media de las comunidades, con una universidad y unas escuelas técnicas de primer orden, y es referente en industrias punteras capaces de adaptarse a nuevas necesidades", señala Fernando de la Hoz, delegado de Ampier Asturias, que añade que el Principado "no puede dejar pasar ese tren, la transición hacia las renovables puede ser una gran oportunidad y además no supone renunciar al carbón, que debería seguir utilizándose mientras que sea rentable".

Los recursos. En Asturias el 25% de la energía generada es renovable. El agua y el viento ya son aprovechados (con 804 y 494 MW de potencia instalada respectivamente) y acaparan casi toda la producción, pero aún tienen margen de crecimiento. El uso de la biomasa y de los residuos ganaderos es creciente y otros recursos como el sol están infrautilizados (sólo 1 MW de potencia instalada). "Aunque parezca lo contrario, en Asturias somos ricos en sol, las radiaciones son mucho más potentes que en países como Alemania, donde el sector fotovoltaico está muy desarrollado", destaca Fernando de la Hoz, que no obstante apunta que el crecimiento "está muy vinculado a la regulación y en España hemos tenido malas experiencias que han generado inseguridad jurídica". En Asturias también se estudian energías alternativas como la oceánica (la que producen las olas y las mareas) y la empresa estatal Hunosa ha logrado importantes avances en geotermia, aprovechando el calor del agua de pozos mineros cerrados.

La industria de componentes. Asturias tiene un potente sector industrial vinculado a energías renovables como la eólica y la solar fruto de su especialización en el sector del metal. "El binomio energía-industria es muy importante en la región", destaca cada vez que tiene oportunidad Isaac Pola, consejero de Empleo, Industria y Turismo del Principado. Compañías como el grupo Daniel Alonso -con sus filiales Windar, Tadarsa e Idesa- o Asturfeito son referentes en el negocio de los componentes de torres eólicas y pioneros en la eólica marina, y Rioglass Solar, con origen en Lena, es uno de los líderes mundiales en la fabricación de espejos para plantas solares termoeléctricas. Además, con respecto a las materias primas, Arcelor-Mittal renovó el pasado año una de las máquinas de colada continua de la acería de Avilés para construir chapas de mayor grosor destinadas, entre otros, al sector eólico, y el pasado verano acondicionó una de las líneas de galvanizado de Avilés para fabricar Magnelis, un acero de recubrimiento metálico que ofrece mayor resistencia a la corrosión y que tiene una amplia variedad de aplicaciones, en particular en el sector de la energía solar.

Las ingenierías. Compañías asturianas como TSK o Isotrón, filial del grupo Isastur, han diseñado e instalado grandes plantas de energías renovables por diferentes partes del mundo. "Ante el parón de las renovables en España empresas de ingeniería asturianas tuvieron que salir fuera y son punteras en el negocio", explica De la Hoz.

Mano de obra cualificada. El delegado de Ampier en Asturias destaca que en la región hay escuelas universitarias "de primer orden" para formar a técnicos en energías renovables aunque echa en falta "una mejor y más completa formación profesional enfocada a este sector". Afirma que "la formación y la regulación, con una mayor seguridad jurídica, son claves para el desarrollo de las renovables" y optimista "ante la voluntad" del nuevo Gobierno.

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