El Banco de España mantiene que la economía crecerá el 2,7 % en 2018, aunque advierte de los riesgos a la baja por la fragmentación parlamentaria, el eventual repunte de la incertidumbre en Cataluña, la escalada de medidas proteccionistas en el ámbito internacional o la retirada de estímulos monetarios.

La entidad ha publicado hoy sus proyecciones macroeconómicas para el periodo 2018-2020, en las que explica que la fragmentación parlamentaria puede dificultar el proceso de reducción del déficit público y la adopción de reformas que aumenten el potencial crecimiento de la economía.

"La ausencia de avances en ambos frentes puede comportar efectos adversos sobre la confianza de los agentes", subraya el informe, que añade que tampoco se puede descartar un repunte de la incertidumbre asociada a la situación política en Cataluña.

En el ámbito externo, el Banco de España ve también un riesgo en las tensiones financieras que se pudieran derivar de las decisiones económicas que pueda adoptar el Gobierno de Italia.

Para 2019 la entidad ha revisado al alza en una décima la previsión de crecimiento, hasta el 2,4 %, como consecuencia de las medidas fiscales y ante la perspectiva de una depreciación del euro.

A pesar de no haber cambiado la previsión del PIB para este año, el Banco de España ha modificado la composición del crecimiento, de forma que pesará aún más la aportación de la demanda nacional (2,5 puntos), mientras que la contribución del sector exterior será dos décimas menor (0,2 puntos).

La entidad ha aumentado su previsión de consumo privado, que crecerá el 2,4 % este año, en tanto que ha mantenido para la inversión un incremento del 4,2 %, si bien ha recortado a la mitad el crecimiento previsto para la inversión empresarial (2,5 %) y ha elevado en 1,7 puntos el esperado para la inversión en construcción (5,7 %).

En consonancia con el crecimiento económico, el avance del empleo seguirá siendo elevado, aunque el Banco de España lo ha rebajado en tres décimas para este año, hasta el 2,4 %, en tanto que ha subido en tres décimas la tasa de paro prevista para el cierre de 2018, hasta el 14,6 %.

Las proyecciones contemplan un prolongación de la actual fase expansiva favorecida por los avances alcanzados en la corrección de los desequilibrios macrofinancieros de la economía, que la han dotado de una mayor capacidad de resistencia ante perturbaciones adversas.

No obstante, el crecimiento económico se irá moderando hasta el 2,1 % en 2020 por diversos factores como el encarecimiento del petróleo, la desaceleración de los mercados exteriores y la moderación del impacto positivo de la política monetaria sobre las condiciones de financiación