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Los brotes verdes de la energía asturiana

El biogás, la biomasa y la eólica aumentan la generación renovable en Asturias, inferior aún a la que aporta la térmica de Aboño 2

Los brotes verdes de la energía asturiana

Asturias está obligada a pensar en verde. La directiva europea de renovables acordada la semana pasaba obliga a acelerar la transición energética y según datos de Red Eléctrica de España en el Principado el carbón aún acapara dos tercios de la generación eléctrica. El 25% procede de las renovables, aunque esa producción sale principalmente de las centrales hidroeléctricas construidas durante el pasado siglo -la mayoría propiedad ahora de EDP- y de los parques eólicos que se instalaron en la región la pasada década, cuando el marco regulatorio era más favorable. En los últimos años el desarrollo de las energías limpias ha perdido ritmo en el Principado, aunque empiezan a surgir brotes verdes principalmente en biogás, biomasa, geotermia y eólica.

Nadie duda de que el futuro será renovable y la directiva europea acordada la semana pasada que establece que en 2030 el 32% de toda la energía consumida globalmente en la UE debe proceder de esas fuentes ya marca un objetivo ambicioso. Pese a todo, el éxito de los proyectos vinculados a las renovables no está, ni mucho menos, garantizado. La planta de biocarburantes a partir de aceites vegetales usados que la compañía Bionorte -participada por el potente grupo Isastur- construyó en San Martín del Rey Aurelio tuvo que cerrar porque "el entorno regulador" la hizo "inviable", según sus promotores. Ese marco regulador también ha hecho que más de medio centenar de promotores hayan renunciado a proyectos de parques de aerogeneradores que contaban con asignación del Gobierno del Principado o que Asturias sea la región con menos potencia instalada en energía solar fotovoltaica, con sólo 1 MW. "Quien piense que esa escasez de instalaciones fotovoltaicas se debe a las condiciones meteorológicas de la región se equivoca, las radiaciones y horas de sol en Asturias son un 15% superiores a las de Alemania o Francia, donde hay 40.000 MW de solar fotovoltaica instalados", apunta Miguel Ángel Martínez-Aroca, presidente de la Asociación nacional de productores de energía fotovoltaica (Anpier).

Muchos de los proyectos de renovables que han surgido en Asturias nacen de una necesidad que va más allá del propio negocio de la generación de energía limpia. Así, la empresa estatal minera Hunosa se ha convertido en uno de los principales promotores y lo hace para buscar una alternativa a la extracción de carbón -que en principio debería cesar con el fin de este año-, aprovechar sus recursos y, sobre todo, dar empleo a los 1.200 trabajadores que aún tiene.

La energía de la vaca

La planta de biogás que este mismo año abrió la compañía Biogastur en Navia y que utiliza como materia prima purines de vacuno y residuos de la industria láctea también tiene un origen forzado. "La planta de biogás no nace de una oportunidad empresarial, nace de la inquietud de la cooperativa Central Lechera Asturiana porque hace ya siete años que vieron que en Europa ya se estaba aplicando un normativa de purines que acabaría llegando a España, como así ha sido, y que prohíbe esparcirlos por el campo por las emisiones de metano", explica Marcos Quevedo, responsable de la planta de Biogastur.

La instalación de biogás de Navia, que tiene 4,5 MW de potencia instalada, se sumó a la construida en Tineo por Biogas Fuel Cell, compañía que se encuentra actualmente en concurso de acreedores. Obtener rentabilidad de las energías limpias no es fácil. Por eso Biogastur no sólo pretende obtener ingresos con la venta de la electricidad generada a partir de residuos ganaderos. Su plan de negocio incluye el cobro de una tasa a los ganaderos por la recogida de purines, la comercialización de fertilizantes obtenidos de la papilla de residuos del que se extrae el gas, la obtención de ingresos por la gestión de residuos de la industria agroalimentaria y la venta de derechos de emisión de CO2 equivalentes a las toneladas que se dejan de emitir a la atmósfera con el aprovechamiento del gas.

Además, la planta de Biogastur, que supuso una inversión de 16 millones de euros, tiene garantizado un precio mínimo a cobrar por la energía eléctrica que venda, aunque el precio del mercado mayorista baje de forma importante, porque fue una de las instalaciones que obtuvo megavatios en las últimas subastas de renovables que convocó el antiguo Ministerio de Energía. Tiene una especie de cláusula suelo.

Enel Green Power, la división de renovables de Endesa, también obtuvo en esas subastas 540 megavatios de potencia eólica y para cubrirlos ya ha identificado 29 proyectos de parques de aerogeneradores susceptibles de llevarse a cabo en seis comunidades entre las que se encuentra Asturias. En el Principado, Enel Green Power tiene avanzada la tramitación de dos parques eólicos, ambos en el concejo de Ibias. Son los de Santiso, con 25 generadores y 50 MW de potencia y Busbeirón, con 13 aerogeneradores y 26 MW de potencia.

Sin un precio mínimo garantizado es difícil que surjan nuevos parques eólicos en Asturias. Desde el Gobierno regional se destaca que con el actual marco retributivo sólo los emplazamientos con más de 3.000 horas aprovechables de viento al año pueden tener una buena rentabilidad y ese no es el caso de la mayoría de los de Asturias. Los mejores emplazamientos ya están ocupados -en el Principado hay 19 parques eólicos con una potencia de 494 MW- pero sí hay interés de algunas compañía, como Viesgo, en repotenciar parques mediante la sustitución de los actuales aerogeneradores por otros de última generación más potentes o mediante el añadido de torres.

A una de las subastas de renovables se presentó, sin éxito, Hunosa para poder desarrollar su proyecto de central eléctrica de biomasa de 15 MW a instalar en el polígono de Reicastro, en Mieres. No es el único proyecto de central de esas características que tiene avanzados los trámites y que está a la espera de un marco retributivo más favorable. Hay otras cuatro iniciativas en los concejos de Salas, Tineo y Villaviciosa, dos de ellas impulsadas por la empresa gallega Renova Generación. En total serían 92 MW de potencia instalada en biomasa que se sumarían a los 37 MW de la planta de generación eléctrica con residuos forestales que Ence tiene en Navia y a los 40 MW de la planta que en el mismo complejo aprovecha un subproducto del proceso de fabricación de pasta de papel conocido como "licor negro".

La mezcla de combustibles

EDP también ha realizado pruebas para la utilización de biomasa como combustible en la térmica de carbón de Aboño y lo mismo ha hecho Hunosa en La Pereda. "El problema es que no salían los números por falta de primas, y ahora estamos investigando con otros combustibles para mezclar con el carbón como los lodos de depuradora", señala María Teresa Mallada, presidenta de Hunosa, que no obstante apuntó que la compañía minera dispone "de 4.000 hectáreas de suelo forestal que hemos ordenado administrativamente para aprovecharlo como empresa de servicios energéticos que somos".

La compañía minera también ha logrado importantes avances en geotermia. El calor del agua presente en el pozo minero Barredo de Mieres, cerrado e inundado, abastece energéticamente al hospital Álvarez Buylla y a instalaciones del campus universitario, y el proyecto se está ampliando a institutos y a bloques de viviendas del barrio de La Mayacina. La iniciativa se pretende replicar en el pozo Fondón para desarrollar una nueva red de calor para equipamientos públicos y viviendas de Langreo. Además, Hunosa tiene un proyecto para el aprovechamiento hidroeléctrico del agua del pozo Tres Amigos de Mieres, concejo donde el Ayuntamiento también pretende generar electricidad con el agua de uno de los depósitos de la red de abastecimiento.

De momento, las energías renovables generan en Asturias poco más de 3.000 GW/h al año, menos que la central térmica de carbón de Aboño 2, que además siempre esta disponible para abastecer a la gran industria asturiana. Eso sí, con humos.

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